'Tienen que ser santos, porque yo soy santo' - Lecciones para nosotros (Lectura Semanal de la Biblia)

En nuestra lectura de los primeros capítulos de Levítico hemos visto cómo Jehová ama la santidad y la limpieza.
En Levítico 7:21 se resalta la idea que si algo limpio toca algo inmundo, la limpieza primaria no vuelve santo a lo inmundo. Ahora bien, nosotros hemos sido escogidos por Jehová como su pueblo, sus testigos (Isaías 43:10, Compare con 1 Pedro 2:9, 10). De modo que, al tener relación estrecha con Jehová, con Nuestro Sumo Sacerdote Jesús, y con la congregación que ellos dirigen mediante Espíritu Santo, nosotros mismos hemos llegado a ser Santos en cierto grado (Levítico 6:18), ahora bien ¿Hemos tocado algo inmundo? ¿En qué sentido podríamos hacerlo? Permitiendo que Babilonia la Grande aún influya en nuestra vida. Ahora bien, ¿Qué hay si ya no nos reunimos con Babilonia la Grande en su aduración falsa? Seguro que así eso, pero quizás de forma indirecta aún estamos tocando la cosa "inmunda" (2 Corintios 6:17). Por ejemplo, en muchos países se tiene la costumbre de vestir color negro como una forma de expresar Duelo. En paises como el mío (Gutemala) se viste de negro para ir a los Velorios (velatorios) y entierros de difuntos, y la familia acostumbra llevar el color negro varios días o semanas después. Esta costumbre se arranca de la creencia que el alma del difunto regresará a "llevarse" a sus familiares, y supuestamente, el vestir de negro hace que el alma del difunto no reconozca a su familia o amigos. Pero sabemos que el alma muere y que los muertos están inconcietes (Ezequiel 18:4; Eclesiastés 9:5, 6, 10). Ahora bien ¿qué pasaría si hemos dejado influenciarnos por estas costumbres? o, ¿qué hay si seguimos 'a la muchedumbre' para que no nos critiquien? No olvidemos que el temor al hombre puede hacer que desagrademos a Jehová, y si en cosas que parecen mínimas hemos tenido relación con Babilonia la Grande, nuestra santidad ya se ha visto dañada y en cierta forma ya somos Inmundos.

Por lo tanto, esforzémonos arduamente por agradar a Jehová y mantenernos Santos, así como él es Santo (1 Pedro 1:16).