jueves, 25 de junio de 2009

Aceptemos los privilegios que Jehová nos da, No tomemos los que no nos da. Lecciones para nosotros. Lectura Semanal de la Biblia

El Cántico 48 dice: "Todo privilegio agradécelo", y eso es lo que tenemos que hacer, agradecer los grandes privilegios que Jehová nos da. El más grande: El ser denominados "Testigos de Jehová", puesto que portamos su gran nombre. Luego podemos mencionar los privilegios como la Predicación, la enseñanza que impartimos al dar estudios bíblicos y participar en enseñar a otros en las Reuniones, sea desde plataforma o con nuestros comentarios. Hemos de aceptar Todos los privilegios que Jehová da sin murmurar, pero también tenemos que cuidarnos de no tomar privilegios que no nos corresponden, o tratar los que tenemos de forma indigna o irrespetuosa.

Tenemos el ejemplo de Nadab y Abihú, quienes ofrecieron "incienso" ilegítimo, que Jehová no había mandado. El resultado fue la muerte de ambos personajes (Levítico 10:1-3) ¿Porqué? Quizás habían bebido "licor embriagante" antes de ofrecer el incienso (vv. 9, 10). Pero el punto que resalta el versículo 2 es que ofrecieron incienso que 'Jehová no había demandado'. ¿Qué nos enseña esto? Primero, que debemos tratar con respeto los privilegios que se nos extienden en la congregación, y, dicho sea de paso, que no es correcto consumir bebidas alcohólicas antes de cualquier servicio sagrado, sea el ministerio del campo, estudios bíblicos, reuniones, o cualquier asunto relacionado con la teocracia. Por otra parte, nos ayuda a ver la seriedad de tomar privilegios que no nos corresponden, es decir, hace cosas que 'Jehová no nos ah demandado' hacer.

Esto nos recuerda que Jehová tiene una organización, y ah nombrado hombres para que realicen diversas tareas, y tenemos que adherirnos al orden teocrático, y no pasar por alto este orden tratando de forma indigna los privilegios o tomando los que no nos corresponden.

1 comentario:

  1. Buen punto :) según entendí el consumo de alcohol les llevó a hacer algo que Jehová no habia demandado pues el licor no trabaja como un estimulante sino como un sedante y deprimente del sistema nervioso central, por tal motivo nos puede mover a actuar de una manera que impropia.

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