jueves, 11 de junio de 2009

Mantengamos puros nuestros pensamientos - Lecciones para nosotros (Lectura semanal de la Biblia).

El Apóstol Pedro escribió: "porque está escrito: 'Tienen que ser santos, porque yo soy santo'" (1 Ped. 2:16). La santidad, entre otras cosas, implica estar apartados del uso común, limpieza en todo sentido. De modo que los cristianos debemos ser santos, conservar nuestra pureza moral y espiritual en todo aspecto de nuestras vidas. Esto se resalta en el libro de Levítico. Cuando se presentaba una ofrenda de comunión, también se debía ofrecer los riñones (Lev. 3:1-4) . Puesto que los riñones están cubiertos de una gruesa capa de grasa, al quemarse producía un olor agradable a Jehová. ¿Qué relación guardan los requerimientos de la ley respecto a los sacrificios, con nuestra pureza moral? Pues bien, Jehová ya no nos exige sacrificios animales, pero sí exige que presentemos 'nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con nuestras facultades de raciocinio' (Rom. 12:1). Puesto que en la Biblia los riñones representan nuestros pensamientos más íntimos, y nuestras emociones más recónditas, Levítico 5:4 nos recuerda la importancia de presentar nuestros "riñones" limpios. Debemos esforzarnos por mantener puros nuestros pensamientos, intenciones y emociones más recónditos. Evitaremos, pues, la impureza moral de este mundo, que puede despertar en nosotros pensamientos nocivos, como la pornografía y la apostasía que fácilmente se encuentra en este medio: Internet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario