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sábado, 6 de agosto de 2011

¿NECESITA AYUDA?

El conocimiento que Jehová nos proporciona mediante su organización terrestre no se compara en lo más mínimo al conocimiento que las iglesias de la cristiandad dan.

La organización de Dios lleva décadas proveyendo alimento espiritual a través de revistas, libros y folletos. Muchas veces sucede que nos topamos con preguntas cuya respuesta no encontramos, ¿qué haremos? Lo más recomendable es acudir a los ancianos de su congregación.

Si aún así la respuesta no ha quedado clara, o la respuesta se encuentra en una publicación muy antigua que no está a su disposición, siéntase libre de escribirnos, y con mucho gusto trataremos de darle ayuda.

También, si tiene dudas sobre cualquiér asunto musical relacionado con alguno de nuestros cancioneroes, especialmente
Cantemos a Jehová, y sobre cómo cantar correctamente nuestros cánticos, también nos gustaría ayudar.

Que la bendición de Jehová esté sobre todos ustedes, hermanos lectores, y que siga bendiciendo sus esfuerzos por servirle lealmente.

miércoles, 18 de mayo de 2011

ENTENDIENDO A LA ORGANIZACIÓN DE JEHOVÁ, PARTE 2 — EL CUERPO GOBERNANTE

Pronto alcanzaremos la cifra de 8 millones de publicadores en todo el mundo. De forma casi milagrosa, estos 8 millones de personas armonizan su forma de vivir, pensar y enseñar según las normas bíblicas y se mantienen unidos en amor a pesar de las grandes diferencias raciales, étnicas, lingüísticas y económicas. ¿Cómo se logra esto? El apóstol Pablo instó a los corintios del siglo primero: “Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10) ¿Cómo se lograría que persones de diferentes personalidades pensara de la misma forma? Obviamente, todos tenían que ser enseñados por la misma fuente: El Cuerpo Gobernante, quien fue nombrado por Jesucristo y era guiado por el espíritu santo. ¿Qué era el Cuerpo Gobernante? ¿Quiénes lo formaban? ¿Qué hacían? Y ¿Cómo cumple su función ese Cuerpo hoy día?

Tras morir Jesucristo y ascender al cielo derramó espíritu santo sobre 120 discípulos reunidos en Jerusalén. Estos empezaron a hablar en lenguas y así empezó la mayor campaña de predicación que el mundo ha conocido. Pero Jesús había dicho que sus discípulos sería perseguidos, y pronto esto se convirtió en realidad. El libro de los Hechos capítulo 8 versículo 1 relata: “En aquel día se levantó gran persecución contra la congregación que estaba en Jerusalén; todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria.” ¿Por qué permanecieron en Jerusalén los apóstoles? El relato no lo dice claramente, pero los capítulos posteriores nos ayudan a entenderlo.

Recordemos que, siendo los apóstoles los amigos más cercanos de Jesús, fueron estos los que lo escucharon más de cerca y por más tiempo. Ellos presenciaron sucesos con Jesucristo que nadie más vivió, así que eran los más capacitados para dirigir la congregación cristiana y guiarla en términos doctrinales y morales.

En el año 49 E.C. resurgió el tema de la circuncisión y si esta era o no necesaria para llegar a ser un cristiano acepto a Dios y obtener su espíritu Santo. Ya en el año 36 Jehová había derramado espíritu Santo sobre Cornelio, un incircunciso, pero aún así, la controversia continuaba. La forma en que se trató este asunto nos deja una gran lección sobre cómo estaba organizada la congregación cristiana primitiva. El relato señala: “cuando hubo ocurrido no poca disensión y disputa de Pablo y Bernabé con ellos [los partidarios de la circuncisión], hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a donde los apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa.” (Hechos 15:2) Esto explica muy bien porqué los apóstoles no se esparcieron con los otros hermanos: Permanecieron unidos, como un cuerpo, en Jerusalén. El hecho de que el asunto fuera llevado a ellos y que se hicieran arreglos para que Pablo y Bernabé fueran a ellos para tratar el tema indica que en las congregaciones se les veía como autoridad doctrinal.

Este cuerpo de ancianos, al que llamamos “Cuerpo Gobernante” trató el tema dejándose guiar por el espíritu santo y examinando cuidadosamente las escrituras. Al concluir las deliberaciones todos estuvieron de acuerdo en algo: la circuncisión no es necesaria. Mediante cartas les informaron a las congregaciones cuál había sido su decisión. ¿Qué revela esa carta? La carta decía en parte:

“Dado que hemos oído que algunos de entre nosotros los han perturbado con discursos, tratando de subvertir sus almas, (1)
aunque nosotros no les dimos instrucción alguna, (2) hemos llegado a un acuerdo unánime y nos ha parecido bien escoger a unos varones para enviarlos a ustedes junto con nuestros amados, Bernabé y Pablo […](3) Porque al espíritu santo y a nosotros mismos (4) nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación.” (Hech. 15:24, 25, 28, 29)

Nótese cuidadosamente las partes resaltadas en negrita y cursiva. Esto revela 1) que el Cuerpo Gobernante tenía autoridad para nombrar maestros de la palabra de Dios. 2) Que deliberaron y se reunieron como Cuerpo para tomar una decisión 3) bajo la guía del espíritu santo y 4) que tenían la autoridad para decidir sobre asuntos doctrinales y morales que afectarían a los hermanos de cualquier congregación.

Siglos después de este suceso, a finales del siglo XIX se empezó a recolectar a la clase del “Esclavo Fiel y Discreto” predicho por Jesús. Estos dispensarían el alimento espiritual a los discípulos de Cristo (Mat. 24:45). ¿Quién ocuparía el puesto de “Cuerpo Gobernante”? Al principio el trabajo de dirigir la predicación y el de dispensar alimento al tiempo apropiado fue llevada por la Watch Tower Bible & Tract Society, dirigida por Charles Taze Russell. En ese entonces el papel del Cuerpo Gobernante sólo se veía de forma nebulosa. Sin embargo, al adentrarnos en el “día del Señor” —que amaneció en 1914— se fue entendiendo más claramente la Biblia, la necesidad de predicar, y por lo tanto, la necesidad de imitar la organización cristiana del siglo I. Aunque pasarían años antes de que el Cuerpo Gobernante tuviera la forma, y jugara el papal que juega actualmente, hoy, al igual que en el Siglo I, el Cuerpo Gobernante sigo dirigiendo la obra de predicar y lleva la pesada responsabilidad de enseñar a los hermanos de todo el mundo.

Hoy hay más de 11.000 personas alrededor del mundo que afirma ser del “resto” ungido. De estos 11.000 cristianos dedicados y ungidos siete son miembros del Cuerpo Gobernante, y este Cuerpo actúa en representación de la clase del “Esclavo Fiel y Discreto”. Los siete miembros del Cuerpo Gobernante son: Samuel Herd, Geoffrey Jackson, Stephen Lett, Gerrit Lösch, Anthony Morris III, Guy Pierce y David Splane. Este grupo de hermanos se reúne todos los miércoles (y en ocasiones de urgencia en otros días de la semana) para analizar asuntos de importancia para la entera hermandad mundial. Este Cuerpo no sólo dirige la obra de predicar, sino la inmensa tarea de proveer alimento espiritual a través de publicaciones, asambleas y las reuniones de congregación. Ayudados por comités, estos hermanos dirigen a los más de 7 millones de hermanos de todo el mundo. Ya que ha quedado claro quién es el Cuerpo Gobernante y qué hace, surgen otras preguntas como: ¿Qué es la “Sociedad”? ¿Qué papel cumple? ¿Qué relación tiene con el Cuerpo Gobernante? ¿Quién es el Presidente de la Sociedad? ¿Tiene este hombre más autoridad? Las respuestas a estas preguntas se responderán la siguiente semana. El tema será: “Entendiendo a la Organización de Jehová, Parte 3 — La Sociedad”

martes, 10 de mayo de 2011

ENTENDIENDO A LA ORGANIZACIÓN DE JEHOVÁ, PARTE 1 — COMITÉS JUDICIALES

“Con justicia debes juzgar a tu asociado.”
(Levítico 19:15)

Comité Judicial… su sola mención puede traer a la mente una extraña imagen de juicio, vergüenza y castigo. El hecho de tener una reunión a puerta cerrada con tres o cinco ancianos para tratar un pecado personal no parece ser una idea atractiva. Algunas personas se resisten a pensar en que estas reuniones sean realmente útiles. Otros, pensando lo de la misma forma, alegan que no hay base bíblica para la formación de tales comités. Note con cuidado el título de este tema: “Entendiendo a la organización de Jehová”. Ese es el objetivo de esta, y otras publicaciones que habrá las semanas que vienen, el de entender la organización de los testigos de Jehová a la luz de la Biblia. Esto implica examinar cuidadosamente si hay o no base bíblica para ciertas acciones, o para la existencia de ciertos cuerpos o comités. La primera parte se centrará en esto, en los comités judiciales. ¿Hay base bíblica para que existan?

Como siempre, antes de analizar el asunto en el contexto cristiano, lo analizaremos a la luz de las Escrituras Hebreas. Recordemos que en el antiguo Israel los “ancianos” del pueblo formaban un cuerpo de superintendentes, y que algunos de ellos actuaban como jueces y oficiales que administraban justicia al pueblo (Deu. 16:18-20; 19:12). Estos ancianos y jueces se encargaban de pecados serios como el asesinato, y aún de pecados en los que no se sabía quién era el culpable (Deu. 21.2-7). Lo interesante de todo esto, es que en esa época Jehová solía comunicarse directamente con Moisés. Aún así, Jehová se valió de humanos imperfectos para tratar estos asuntos en la nación de Israel para mantenerla pura.

Al morir Jesucristo el pacto de la ley fue abolido, como muy bien sabemos. Sin embargo, en las congregaciones siguieron supervisando los “hombres de mayor edad” o “ancianos”. Esta referencia no se aplicaba solamente a las personas que literalmente eran mayores que otras, sino que se refería al grado de madurez espiritual. La pregunta apropiada sería, ¿tendrían estos hombres derecho de juzgar asuntos de la congregación, lo que implica pecados personales? La respuesta la obtenemos de las palabras que el apóstol Pablo dirigió a los corintios.

Primero veamos si ellos tenían potestad para corregir problemas entre los miembros de la congregación. Con referencia a asuntos personales, es evidente que a los corintios no les importaba llevar a los tribunales a sus hermanos. Por esa razón el apóstol escribió: “¿Se atreve cualquiera de ustedes que tenga un pleito contra el otro a ir al tribunal ante hombres injustos, y no ante los santos?” (1 Corintios 6:1). Pero, ¿para qué se llevaría el asunto a “los santos”? Los siguientes dos versículos dicen: “¿O no saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por ustedes, ¿son ustedes incapaces de juzgar asuntos de ínfima importancia? ¿No saben que juzgaremos a ángeles? Entonces, ¿por qué no los asuntos de esta vida?” De esto respondemos a la pregunta, ¿tenían los ancianos potestad de juzgar asuntos de la congregación? La respuesta es un rotundo sí. La pregunta que más nos concierne ahora es, ¿tenían los ancianos de la congregación potestad para juzgar pecados ajenos?

El capítulo 5 nos da una respuesta muy clara. Todos conocemos muy bien el relato del hombre que vivía con la esposa de su padre. Pero fijémonos en la expresión que usó continuamente el apóstol Pablo al hablar de este caso: “Yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ciertamente he juzgado ya, como si estuviera presente, al hombre que ha obrado de dicha manera” (1 Corintios 5:3). Tras decir que debía entregar al malhechor a Satanás el apóstol habló de que es imposible cortar todo trato con los “fornicadores de este mundo”, pues tendríamos que salirnos del mundo para hacerlo, y eso es imposible. Así que debían cesar de mezclarse en la compañía de cualquier pecador impenitente que se hiciera llamar hermano. Hablando sobre esto el apóstol dice: “¿qué tengo yo que ver con juzgar a los de afuera? ¿No juzgan ustedes a los de adentro, mientras Dios juzga a los de afuera? ‘Remuevan al [hombre] inicuo de entre ustedes’” (v. 12, 13). Note cómo el apóstol vuelve a usar la expresión “juzgar” con relación al hombre pecador, pero ahora señala que la congregación juzgaba a los de adentro. Esto responde a la pregunta ¿tiene la congregación, en especial los ancianos, la potestad de juzgar pecados ajenos? La evidencia bíblica dice que sí. Y este es un arreglo existente desde el siglo I.

En el antiguo Israel los juicios eran públicos. ¿Debían hacerse juicios públicos bajo el arreglo cristiano? La Biblia no responde a esta pregunta. Hemos de tomar en cuenta que en el antiguo Israel los pecados crasos como el adulterio, la homosexualidad, bestialismo y apostasía se pagaba con la pena capital, y todo el pueblo participaba en matar al pecador. Bajo el arreglo cristiano esto cambió drásticamente. Si hay arrepentimiento, con la sangre de Cristo se limpia de cualquier pecado cometido (1 Cor. 6:9-11). Habiendo cambiado esto, pregúntese: “Si la idea de ser juzgado por los ancianos de la congregación no es muy atractiva, ¿lo sería más si los juicios fueran delante de toda la congregación, estando presentes familiares, amigos, conocidos y nuevos?” ¿Realmente sería amoroso si los pecados se expusieran públicamente?

Habiéndose analizado eso, ¿es cierto que no hay base bíblica para la existencia de comités judiciales? Los tiempos cambian, y también las necesidades del pueblo de Dios y el sistema que se usa para corregir defectos. No sabemos con exactitud cómo juzgaban los pecados crasos los ancianos del siglo primero, pero de algo estamos seguros: Jehová les designó la responsabilidad de juzgar en representación suya. Por eso, al igual que los jueces del antiguo Israel, los ancianos de hoy deben juzgar con justicia a sus hermanos (Lev. 19:15) sabiendo que si no lo hacen tendrán que pagar delante de Jehová Dios.

¿Verdad que es un privilegio estar en una organización que basa cada acción en el conocimiento bíblico disponible? Mantengámonos leales a esta organización y disfrutaremos siempre de la bendición de Jehová.

martes, 21 de diciembre de 2010

DOS PALABRAS EN RESPUESTA

“¿Van a publicar mis comentario?”
En este Blog no existe imparcialidad, y no importa de qué religión sea usted o si está de acuerdo o no con lo que se ha escrito, pues casi todos los comentarios son publicados. Entonces, ¿porqué sus comentarios no han sido publicados? Algo hemos de dejar claro: Aunque no importa de qué religión sea usted o si está o no de acuerdo con la publicación, LOS APÓSTATAS NUNCA SERÁN BIENVENIDOS EN ESTE SITIO. Si un comentario evidencia apostasía no será publicado.

Tampoco serán publicados comentarios excesivamente largos que no hagan más que dar una larga lista de textos bíblicos, ¿por qué? Quizás se intente dar textos bíblicos para mostrar desacuerdo en algún tema, sin embargo, para explicar apropiadamente la Palabra de Dios no basta con citar una infinidad de versículos bíblicos, sino hay que apelar al razonamiento y ver de qué habla el contexto del versículo en cuestión. Por ejemplo, si hablamos de la identidad del “Esclavo Fiel y Discreto”, alguien pudiera alegar que ese Esclavo es Jesús, y podría usar las referencias de las Escrituras que aludan a Jesucristo como “Esclavo” o el testigo “fiel y verdadero”. Sin embargo, para llegar a una conclusión acertada es necesario ver el contexto del versículo. Cuando Jesús habla de ese Esclavo en Mateo 24:45 estaba dando la señal de su presencia y para ilustrar lo inesperada que sería su llegada se compara a sí mismo con un amo de casa cuya llegada es inesperada, y dice que hay dos esclavos, uno bueno y uno malo, y que el malo golpea a sus co-esclavos al ver que su amo tarda, mientras que el bueno se mantiene alerta (Mateo 24:45-51). Entonces, si Jesús es el “amo”, ¿cómo podría ser, al mismo tiempo el esclavo? ¿Quién lo nombra sobre todos sus bienes, si él mismo es el amo? Simplemente no es lógico, así que ese esclavo mencionado en Mateo 24 no es Jesucristo. ¿Qué prueba esto? Que aunque en otros pasajes se haga referencia a Jesús como un esclavo de Dios, un siervo fiel, esto por sí solo no prueba que él sea el “Esclavo Fiel y Discreto”, pues en ningún lugar se aplica dicho título a Jesucristo en las Escrituras, y la evidencia contextual muestra que ese “Esclavo” no es Jesús, pues Jesús es el amo. Por lo tanto, de nada serviría utilizar una infinidad de textos en donde se encuentre las palabras “Jesús” y “Esclavo”, cuando no se usa un razonamiento lógico ni haya pruebas contextuales que avalan la idea que se quiere transmitir. Así que si desea expresar su disconformidad con algún artículo o idea de este Blog no es necesaria una lista gigante de textos, pues bastará uno par de versículos y el uso del razonamiento, tal como Jesucristo mismo hizo.

Los comentarios insultantes tampoco se publicarán, aquellos que usen palabras vulgares u ofensivas. Antes de escribir algo debería preguntarse, ¿revela mi forma de hablar que soy un verdadero “soldado de Cristo”, o, por el contrario, refleja que no soy más que una barata imitación de “cristiano”? (2 Timoteo 2:24).

“¿De dónde sacas la información de este artículo?”
Algo que deben tomar en cuenta al leer este Blog es que no copia y pega información de las publicaciones de la organización, ¿por qué no? Primero, porque viola los derechos de autor si se copia y pegan porciones grandes, cosa declarada en el contrato que acordamos al instalar Watch Tower Library. Además, no es lógico hacer eso, pues de ser así sería mejor escribir: “Vean la respuesta en X libro, X página y X párrafo”, ¿verdad? Empecé a publicar este Blog porque he comprobado que escribir lo que uno aprende facilita la memorización de la información. Así que algunas cosas que se publican acá son cosas que he encontrado en mi estudio personal y que escribo para intentar memorizarlas. La mayoría de cosas publicadas acá no son “hallazgos” en la investigación personal, porque, de hecho, son cosas que todos deberíamos de saber pues no se nos ha privado de alimento espiritual y tenemos en abundancia, sino, más bien, temas que personalmente me han resultado interesantes y útiles, temas que son conocidos desde hace tiempo para los cristianos. Si usted tiene alguna duda respecto a algún artículo, por favor, sírvase a buscar en Watch Tower Library, y si no dispone de ella con gusto puede solicitarme referencias que buscaré para usted. Y si no dispone de la publicación en la que se encuentra la información con gusto podré enviársela por correo electrónico. En ambos casos rogaré paciencia, pues no dispongo de mucho tiempo para buscar información.

‘No citaste la referencia completa’
Un comentario parecido se recibió cuando citamos de la enciclopedia de W. E. Vine respecto al significado de la palabra griega parousía, y que demuestra que la presencia de Cristo es un espacio de tiempo prolongado. Un lector manifestó su disconformidad debido a que solo citamos parte de la definición que da Vine y asegura que nuestra organización manipula la información. A continuación pondré toda la definición de Vine bajo Advenimiento, y me gustaría que el lector que escribió ese comentario pruebe que sus alegaciones son ciertas, que realmente manipulamos la información y que señale con exactitud qué cosas de la definición de Vine omitimos a fin de manipular la información y cuándo contradecimos a Vine. La definición lee como sigue:

“lit.: presencia (para, con, y ousia, un ser; de eimi, ser). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia con. Por ejemplo, en una carta sobre papiro una dama habla de la necesidad de su parousia en cierto lugar a fin de atender algunos asuntos relacionados con su propiedad allí. Pablo habla de su parousia en Filipos (Fili_2:12; en contraste a su apousia, su ausencia; véase AUSENCIA). Otras palabras denotan la llegada (véanse eisodos y eleusis, encima). Parousia se usa para describir la presencia de Cristo con sus discípulos en el monte de la transfiguración (2 Ped_1:16). Cuando se usa del retorno de Cristo, en el arrebatamiento de la Iglesia, significa no meramente su llegada momentánea por sus santos, sino su presencia con ellos desde aquel momento hasta su revelación y manifestación al mundo. En algunos pasajes la palabra da prominencia al inicio de aquel período, implicándose el curso del período (2 Ped_3:4). En otros, es el curso del período lo que es prominente (Mat_24:3,37; 1 Tes_3:13; 1 Juan_2:28); en otros la conclusión del período (Mat_24:27; 2 Tes_2:8). También se usa esta palabra del Inicuo, del hombre de pecado, de su acceso al poder y de sus actos en el mundo durante su parousia (2 Tes_2:9). Además de Fili_2:12 (véase más arriba), se usa de la misma manera del apóstol, o de sus compañeros (1 Cor_16:17; 2 Cor_7:6,7; 10.10; Fili_1:26); y del día de Dios (2 Ped_3:12). Véanse PRESENCIA, VENIDA. Nota: Para un tratamiento más pleno de parousia, vease Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 87, 88.”

Esperamos ansiosos la respuesta del lector, ¿verdad?

Esperamos más adelante publicar más de esta sección, respondiendo preguntas que algunos de ustedes han hecho.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿CÓMO ENTONAR LOS CÁNTICOS ESTA SEMANA?

Cántico 022 — “Jehová es mi Pastor”
Tipo de cántico: Canción espiritual.
Dirigido a: usted mismo.
Cómo cantarlo: Cántelo Con confianza y ternura. Medite en la letra cuidadosamente, y, puesto que la última estrofa se dirige a Jehová, cante también con el debido respeto.
Una recomendación: La música ha sido modificada, especialmente en las notas compuestas por tres corcheas seguidas. Escuche con cuidado la melodía y ensaye concienzudamente.

Cántico 115 — “Éxito en tu camino”
Tipo de cántico: Oración.
Dirigido a: Jehová.
Cómo cantarlo: Al mismo tiempo que la habla a Jehová, también insta a meditar. Cada uno de nosotros debería preguntarse, ¿me esfuerzo por leer la Biblia todos los días y meditar en su contenido? Cántelo con Gratitud, dignidad y resolución.

Cántico 003 — “Dios es amor”
Tipo de cántico: Canción espiritual.
Dirigido a: La congregación.
Cómo cantarlo: Vea que en las primeras dos estrofas habla de su propia resolución para cultivar la cualidad del amor, y en la tercera le habla a la congregación, al emplear las expresiones “dejes”, “tu”, “sigue”, “ama”, y “ti”. Recuerde que, antes de aplicarle a alguien más la letra, aplíquesela a sí mismo. Es un cántico que debemos cantar con Resolución y ternura.

Cántico 020 — Bendice nuestras reuniones
Tipo de cántico: Oración.
Dirigido a: Jehová.
Cómo cantarlo: Puesto que es una oración en la que pedimos la bendición de Jehová sobra nuestras reuniones, es necesario meditar en la letra y pensar, ¿Realmente presto atención a las intervenciones que se dan desde plataforma y los comentarios de los hermanos? ¿Me esfuerzo por participar lo más que puedo en la reunión, alabando así a Jehová? ¿Contribuyo a que la reunión sea edificante? Cante esta oración Con Fervor.

Cántico 121 — Animémonos unos a otros
Tipo de cántico: Canción espiritual.
Dirigido a: La congregación.
Cómo cantarlo: De nuevo nos hace pensar con seriedad en asuntos como la constancia con la que asistimos a las reuniones y la importancia que les damos. No deberíamos dejar de reunirnos pues las reuniones nos darán la fe que necesitaremos para sobrevivir al día de Jehová. Cántelo Con resolución y seguridad.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Cantemos a Jehová, Curso Musical-Quinta Parte

¡Hemos terminado el curso! Esta es la última parte e incluye las últimas tres lecciones del curso musical.

En cuanto pueda, revisaré cada parte en busca de errores ortográficos, en las imágenes o cualquier error que pueda encontrar, y trataré de hacer cambios para mejorar ideas. Además, trataré de incluír más información y poner a disposición todo el cuso en una sola parte.

Podrán descargar la parte 5 en Megaupload y 4Shared. A continuación coloco los Links.

http://www.4shared.com/file/INLlO8Pe/Parte_5.html

http://www.megaupload.com/?d=QPCZUTBZ

lunes, 30 de agosto de 2010

Cantemos a Jehová, Curso Musical-Cuarta Parte

¡Llegó la cuarta parte del curso! ¿Terminaron la tercera? Seguramente, a estas alturas ha sido más fácil para ustedes entender las partituras de nuestros cánticos, y por supuesto, seguramente ahora es más fácil cantarlos.

En esta cuarta parte aprenderemos de un aspecto inusual en nuestro cancionero, llamado Tresillo, y es inusual porque está solo en un cántico.

Espero que sea de ayuda esta parte que abarca tres lecciones del curso. Para Megaupload y 4Shared.

http://www.4shared.com/file/7xuA1JY3/Parte_4.html

http://www.megaupload.com/?d=WXATRVKC

lunes, 23 de agosto de 2010

Cantemos a Jehová, Curso Musical-Tercera Parte

Nuestro curso musical ha sido bien recibido, y tengo la esperanza de que ayude a muchos hermanos a mejorar en el aspecto del canto, es un aspecto muy importante en nuestra adoración. En la parte tres del curso musical, aprenderemos sobre los compaces, clave de compás, armonía y Clave ¿qué es eso? Averígüelo en la tercera parte del curso, ahora en dos servidores, debido a que algunos tuvieron problemas en Megaupload. Abajo están los dos links.

http://www.4shared.com/file/k0-47NV5/Parte_3.html
http://www.megaupload.com/?d=5FCDU9Q8

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿ES UN BUEN MAESTRO DE LA PALABRA DE DIOS?

“El alimento sólido pertenece a personas maduras”

Hebreos 5:14


TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 5 MINUTOS


Si usted es testigo de Jehová, también es un ministro ordenado por Dios, y por lo tanto, tiene la obligación de ir a predicar el Reino y enseñar la verdad bíblica a las personas (Mateo 28:19, 20). En vista de que somos maestros de la palabra de Dios, deberíamos preguntarnos, “¿qué clase de maestro soy?”. Debemos analizarnos a conciencia y ver si aplican en nosotros las siguientes palabras del apóstol Pablo: “En realidad, aunque deberían ser maestros en vista del tiempo, de nuevo necesitan que alguien les enseñe desde el principio las cosas elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios; y han llegado a ser como quienes necesitan leche, no alimento sólido” (Hebreos 5:12).


Al leer la carta a los Hebreos, y compararla con las demás epístolas paulinas, nos damos cuenta de que el lenguaje y el estilo son muy diferentes. Esto se debe a que los hebreos tenían conocimiento de la ley, algo diferente en el caso de los gálatas, los corintios y los tesalonicenses. Por eso, el apóstol no se limitó a hablar de cosas sencillas, habló sin rodeos del antitipo de santo, el santísimo, el sacerdocio a la manera de Melquisedec y más cosas que los gentiles no hubieran entendido. Pero dijo: “En lo que respecta a [Jesús] tenemos mucho que decir y difícil de explicar, puesto que ustedes se han hecho embotados en su oír” (Hebreos 5:11), y luego dijo las palabras del versículo 12, en donde señala que se esperaba que los hebreos fueran maestros, pero que llegaron a ser personas inmaduras, que necesitaban “leche” y no “alimento sólido”. ¿Cómo evitar que nos suceda eso? Puesto que somos publicadores del Reino de Dios, y seguramente nos hemos dedicado a Jehová y nos hemos bautizado, se espera que seamos buenos maestros, y no niñitos espirituales que necesitan “leche”. Para saber si somos buenos maestros, veamos las siguientes preguntas, y vea cuántas puede responder correctamente:


01. —¿En qué año empieza la resurrección celestial?


02. —¿Cómo sabemos que el sueño de Daniel 4:23-37 (los siete tiempos) no se cumple solo en Nabucodonosor?


03. —Si en griego Juan 1:1 dice καὶ Θεὸς ἦν ὁ Λόγος (kai theos en ho lógos, “y Dios era la palabra”) ¿porqué la Traducción del Nuevo Mundo lo traduce “Y la palabra era un dios”, si ese “un” no está en el texto griego?


04. — ¿Por qué Hebreos 12:26 dice que Moisés “estimaba el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto”?


05. — Si los cristianos vivos desde 1914 componen la “generación” de Mateo 24:34, y esta se traslapa de modo que ‘no pasa’ hasta el fin, ¿cuántas veces se traslapa la vida de los ungidos?


06. — ¿Cuándo terminaron las “2300 tardes y mañanas” de Daniel 8:14 y con qué evento?


07. — ¿Qué relación hay entre el Cuerpo Gobernante y “el esclavo fiel y discreto”?


08. — ¿Qué diferencia hay entre un Señalado y alguien que fue Censurado?


09. — ¿De qué depende si la decisión de un comité judicial es una censura privada, censura pública o expulsión?


10. — ¿Son los ungidos mejores cristianos que las “otras ovejas”?


Por supuesto, nunca sabremos todo sobre la Biblia y la verdad, pero es necesario estar pendientes de “las cosas profundas de Dios”, lo que incluye profecías complejas, doctrinas básicas y asuntos de organización.


En realidad, ocho de diez preguntas formuladas arriba no es algo que no debamos saber. Deberíamos saberlo, por lo menos todos los testigos que tenemos más de cinco años en la organización de Jehová, pues son temas que se han tratado en La Atalaya, el libro Organizados y Nuestro Ministerio del Reino. Esto hace que veamos la necesidad de tener un programa regular de estudio personal, lo que incluye la preparación para las reuniones.


Quien niegue que prepararse para todas las reuniones es un reto, honestamente es una persona irreal o desocupada. Todos tenemos muchas cosas que hacer, y entre las más importantes están: el trabajo seglar, la familia, las reuniones, el ministerio del campo, conducir estudios bíblicos, atender a los amigos, y muchas otras cosas. ¿De dónde sacar tiempo para prepararnos? Bueno, pensémoslo de la siguiente forma.


El día tiene 24 horas, que empiezan a contarse a partir de las 12 de la media noche. Si dormimos ocho horas, nos quedan 16 horas. Si trabajamos ocho horas, nos quedan ocho horas “libres”. Supongamos que regresamos después del trabajo a las 6 P.M. ¿cuánto tiempo dedicamos a ver televisión o navegar por internet? Luego de ver televisión, cenar y platicar con la familia, seguramente estaremos demasiado cansados para prepararnos para la reunión, especialmente si la reunión es día jueves y estamos en miércoles. Entonces, ¿por qué no acortar el tiempo que vemos televisión o navegamos en internet a poco más de la mitad? Si hacemos eso, y dividimos nuestra preparación en sesiones cortas todos los días, veremos que nuestro estudio es productivo, y que, al final de la semana, nos habremos preparado bien con toda la reunión. Todo eso sin descuidar nuestra lectura diaria de la Biblia. Si invertimos una hora diaria para preparación y estudio, nos daremos cuenta de que aún nos quedan ¡siete horas! Horas que podremos dedicar a otras actividades recreativas o familiares. Todo es cuestión de dividir en porciones nuestras actividades. Aún si trabajamos más de ocho horas, veremos que tendremos bastantes horas “extras” en el día. A continuación pongo para descarga un programa diario de preparación y para las reuniones. Notará que se invertirá un máximo de 50 minutos diarios y un mínimo de 30 minutos. El programa está basado en la semana en que la reunión de la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio son día jueves, y el discurso público y el estudio de La Atalaya es domingo. Si ese no es el caso de su congregación, simplemente puede correr un día cada porción de estudio. Este programa de 30/50 minutos diarios incluye la lectura del texto diario (de podría hacerse por la mañana), y la lectura de la Biblia (que puede hacerse en cualquier momento del día), lo que hace más cortas las sesiones de estudio. Descargue aquí.


Si estamos dispuestos a dedicar tiempo para estar bien preparados, en poco tiempo nos daremos cuenta de que hemos mejorado en nuestra vida, nuestra relación con Jehová y nuestro ministerio. Jehová no quiere que le demos las sobras de nuestro tiempo, él quiere tiempo de calidad. Por eso nos exhorta: “vigilen cuidadosamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos” (Efesios 5:15, 16).


Aún así, Jehová no es demasiado exigente, y pronto nos daremos cuenta de que podremos dedicar tiempo para él y para aumentar nuestro conocimiento, sin descuidar otras actividades importantes.


Estemos dispuestos a ser enseñados por él, y demostrar que realmente apreciamos el abundante alimento espiritual ¡que nunca nos hagamos ‘embotados en nuestro oír’! Leamos y pongamos en práctica las enseñanzas de la Biblia, y tengamos siempre presentes las palabras de Hebreos 6:1: “Por esta razón, ya que hemos dejado la doctrina primaria acerca del Cristo, pasemos adelante a la madurez”.

lunes, 9 de agosto de 2010

Cantemos a Jehová, Curso Musical—Primera parte

Jehová nos ordena que lo alabemos con música. El estar bien preparados para las reuniones implica estar bien preparados con los cánticos. El que no lo estemos y nos equivoquemos al cantar en las reuniones es algo penoso porque la organización ha puesto a nuestro alcance las melodías en piano y las versiones corales, solo es cuestión de dedicar tiempo a ensayar. Además, el cancionero también incluye pentagramas. Lamentablemente, en nuestro medio la educación musical recibida es escasa. Por ese motivo, me complace hacer disponible un curso musical enfocado al cancionero Cantemos a Jehová. En este momento está disponible la primera parte del curso, en donde se aprende lo básico de la música. Aprenderá las partes de un pentagrama, las notas, la altura, duración y silencios. Con imágenes y audios de ejemplo. Solo 2.68MB, haga clic aquí para descargar.

lunes, 19 de julio de 2010

LA VENIDA DE CRISTO ¿CUÁNDO ACONTENCE?

“A una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre”

Mateo 24:44


TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 5 MINUTOS


La segunda venida de Cristo ha sido un tema absorbente para los estudiantes sinceros de la Biblia a lo largo de los siglos. La iglesia Católica Romana habla poco de eso, mientras que las iglesias evangélicas y adventistas esperan con ansias el día en que Cristo venga para llevárselos al cielo. Para esas iglesias, los acontecimientos mundiales son un indicio de que Cristo está por venir, y se basan en la profecía de Mateo 24 para apoyar esa creencia. El relato empieza “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” Jesús responde: “se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24: 3, 7, 8Reina-Valera). ¿Son las cosas así? Analicemos Mateo 24:3. Los discípulos le preguntan: ‘¿cuándo será la señal de tu venida?’ el texto griego es:


οτεταυταεσταςκαιτιτοσημειοντηςσηςπαρουσιαςκαισυντελειαςτουαιωνος

(otetautaestaskaiti to seemeion tees sees parousiaskaisynteleiastouaioonos)


Literalmente dice:

Cuando estas cosas serán y qué la señal de tu presencia y [la] consumacióndelsiglo


Notemos el uso que se da a la palabra παρουσιας, parousías. Literalmente se traduce “presencia” ¿y qué diferencia hay? El Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento de W. E. Vine dice, bajo Advenimiento: “parousia (parousiva, 3952), lit.: presencia (para, con, y ousia, un ser; de eimi, ser). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia con”.


La Atalaya contrastan la palabra “presencia” con “ausencia”, según las utilizó el apóstol Pablo en 2 Corintios 10:10, 11 con Filipenses 2:12 (Vine también usa este último versículo para contrastar presencia (parousía) con ausencia (apousía)). Véase La Atalaya del 15 de Febrero de 2008, páginas 21, 22 párrafos 1 a 7.


Vine habla también de la parousía de Cristo, y dice al respecto: “Cuando se usa del retorno de Cristo, en el arrebatamiento de la Iglesia, significa no meramente su llegada momentánea por sus santos, sino su presencia con ellos desde aquel momento hasta su revelación y manifestación al mundo”.


Los testigos de Jehová hemos entendido que la parousía de Cristo empezó en octubre de 1914, al finalizar los siete “tiempos señalados de las naciones” y al ser coronado como Rey del Reino Mesiánico (Lucas 21:24; Daniel 7:13, 14). En vista de que la palabra griega no se refiere a una venida momentánea, sino a un estarse con alguien, la presencia de Cristo empezó en octubre de 1914 y se extiende a lo largo de las décadas hasta el fin del sistema de cosas. Por esa razón, la Traducción del Nuevo Mundo, las versiones interlineales y otras traducciones de la Biblia traducen el texto más o menos así: “¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. ¿Significa eso que la venida de Cristo empezó en 1914? No, veámoslo.


El traducir el texto de forma que diga “tu venida”, en vez de “tu presencia” es un grave error de traducción. Sin embargo, si usamos una versión de la Biblia como la Reina Valera, debemos entender que la “venida” de Mateo 24:3 sí empezó en 1914, aunque es mejor usar una traducción más exacta que en vez de “venida” diga “presencia”. En griego sí hay una palabra correspondiente para venida, es la palabra ἔρχομαι, (érkjomai), y en Mateo 16:17 se usa de la siguiente forma: “Porque el Hijo del hombre está destinado a venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su comportamiento”. Por lo tanto, existe una gran diferencia entre la presencia de Cristo, y su venida, aunque ambas cosas están relacionadas. Sabemos que la venida de Cristo no es lo mismo que su presencia, porque en Mateo 16:17 se dice que vendrá y “entonces recompensará a cada uno según su comportamiento”. Esa misma idea se transmite en Mateo 25:31-46 cuando habla del juicio sobre las “ovejas y las cabras” y la recompensa de cada grupo. Ningún juicio de ese tipo se realizó en 1914. Algo notable es que en casi todos los pasajes en donde Jesús habla de su venida, hace mención de su venida “con sus ángeles”, y podemos entender a qué se refiere cuando leemos las palabras del apóstol Pablo cuando dijo: “al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús” (2 Tesalonicenses 1:7, 8). Notemos que ahora la venida de Cristo se enlaza con el hecho de traer destrucción “a los que no conocen a Dios y [venganza] sobre los que no obedecen las buenas nuevas”. Por lo tanto, la venida de Cristo acontecerá cuando él venga a juzgar a las naciones y a ejecutar el juicio de Dios sobre los malvados.


Entonces, ¿cuándo acontece la venida de Cristo? Queda claro que es un acontecimiento futuro. Es cierto que la presencia de Cristo empezó en 1914, pero su venida aún no ha acontecido. Cuando él venga empezará la Gran Tribulación, lo que conducirá a su final al entero sistema de cosas actual. ¡Cuánto anhelamos la venida de Cristo, cuando él nos diga “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”! (Mateo 25:34).

lunes, 12 de julio de 2010

¿ESTARÁ USTED EN EL NUEVO MUNDO?

“Tenemos los ojos fijos […] en las [cosas] que no se ven”
—2 Corintios 4:18—

TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 5 MINUTOS


Él tenía muchos años de edad, y llevaba muchísimas décadas sirviendo fielmente a Jehová. Había aguantado una cosa tras otra: la responsabilidad de enfrentarse al Rey del imperio más poderoso del mundo, la hostilidad de la corte real, la hostilidad de su propio pueblo y, finalmente, vagar en un desierto por casi 40 años por culpa de otros ¿ya sabe de quién estamos hablando? Sí, es de Moisés. Moisés es un ejemplo digno de seguir debido al aguante que tuvo. Las pruebas que tuvo que pasar no fueron nada fáciles, pero las aguantó ¿por qué? El apóstol Pablo nos da la respuesta: “estimaba el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto; porque miraba atentamente hacia el pago del galardón” (Hebreos 11:26). Moisés tenía una meta que perseguir, sabía que Jehová había prometido a Abrahán que su descendencia heredaría la tierra de Canaán, lo que significaría libertad de la esclavitud para su pueblo. Moisés tenía fe en esa promesa, y por eso atravesó todas las dificultades requeridas a fin de ver realizada la promesa de Jehová (Hebreos 11:27, 28). Qué piensa, ¿fue esa promesa el combustible de los actos de fe de Moisés? La respuesta la dio Moisés mismo, no precisamente con palabras, sino con sus acciones.



Tras décadas de fiel servicio, Moisés cometió el error de no darle la gloria a Jehová por haber sacado agua de una Roca (Números 20:2-12). Moisés nos cuenta el resultado de ese error: “Y me puse a suplicar favor a Jehová en aquel tiempo en particular, y dije: […] Déjame pasar, por favor, y ver la buena tierra que está al otro lado del Jordán, esta buena región montañosa y el Líbano’. Y Jehová continuó estando furioso contra mí por causa de ustedes y no me escuchó; antes bien, me dijo Jehová: ‘¡Basta ya! Nunca me vuelvas a hablar de este asunto’” (Deuteronomio 3:24-27). ¿Cómo reaccionó Moisés? Seguramente se sintió sumamente triste. Imagínese, ¡cómo se hubiera sentido usted si, tras muchas décadas de servicio fiel, se le negara recibir el premio que perseguía! ¡Pero qué ejemplo dio Moisés! Nada en las escrituras indican que perdiera la fe en Jehová o que se rebelara contra él. Tras ese incidente siguió dando a conocer los mandamientos de Jehová a la nación de Israel, escribió el libro de Deuteronomio y el apóstol Pablo lo alista entre la gran nube de testigos fieles en el capítulo 11 de Hebreos. Este incidente hace obvio que, aunque Moisés tenía los ojos fijos en la tierra prometida, y esa era su meta, ese no era lo que lo movía a servir a Jehová. Si esa esperanza hubiera sido el combustible que mantenía vivo ese “motor”, al saber que no lograría entrar en la tierra prometida, se hubiera negado a seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces, ¿qué movía a Moisés a servir fielmente? El apóstol Pablo dice: “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” (Hebreos 11:27). Aunque tenía fe en que Jehová cumpliría su promesa de guiarlos a la tierra prometida, su fe se centraba, no en la promesa en sí, sino en aquel que hizo la promesa, “Aquel que es invisible”. Sí, su fe y su amor por Jehová fueron el combustible que alimentaba el motor que lo movía a actuar. Aunque para él era importante el galardón que le esperaba, era más importante el amor por su Dios, por esa razón “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” aún cuando supo que no entraría a la tierra prometida.



¿Qué hay de usted? ¿Qué hay de mí? ¿Por qué servimos a Jehová? ¿Cuál es el motor que mueve nuestros actos de fe? ¿Es el vernos librados de una enfermedad incurable? ¿Es el volver a ver a un ser querido que murió? ¿Es el deseo de vivir para siempre? ¿Es el deseo de ver la tierra convertida en un paraíso? Si esas son las razones por las cuales servimos a Jehová, piense detenidamente, ¿qué sucedería si supiera que Jehová no curará su enfermedad? ¿Qué sucedería si supiera que ese ser querido que murió no resucitará? ¿Qué pasaría si supiera que, de todas formas, morirá? ¿Seguiría sirviendo fielmente a Jehová si supiera que el paraíso aún está lejos, que faltan muchos años para que venga el fin? Meditar en esas respuestas revelará si estamos preparados para vivir en el nuevo mundo.



Es cierto que el anhelar las bendiciones del nuevo mundo no tiene nada de malo. De hecho el apóstol Pablo dijo que la esperanza es como un yelmo que nos protege. Sin ese “yelmo de la salvación” no podremos resistir los ataques de Satanás, y por lo tanto, tampoco podremos sobrevivir al fin de este mundo. La esperanza nos motiva, nos alienta en momentos difíciles (Efesios 6:13, 17; 1 Tesalonicenses 5:8). Tener la esperanza del nuevo mundo clara en nuestra mente y corazón nos ayudará a soportar pruebas difíciles. Pero esa esperanza nunca deberá convertirse en el motivo principal de nuestro servicio a Dios.



Si esa esperanza se convierte en nuestro único motivo para servir a Jehová, quizás nos decepcionemos al enfrentarnos a algunas situaciones y abandonemos nuestro servicio a Jehová. Podría sucedernos lo que les sucedió a algunos cristianos ungidos de principios del Siglo XX. Recordemos que muchos esperaban el fin del sistema de cosas en octubre de 1914, como no sucedió, algunos abandonaron la fe, demostrando así que la esperanza de alcanzar la salvación era el combustible de sus actos de fe, mientras que otros siguieron adelante sirviendo a Dios, demostrando que, aunque querían alcanzar su recompensa, el amor a Dios y su fe en él era lo más importante, y que no importaba cuándo actuara Jehová, lo que importaba era obedecerle. Tanto los que abandonaron la fe, como los que no, ya murieron, ¿qué diferencia hay? Que hermanos fieles como C. T. Russell, A. H. Macmillan, F. W. Franz y muchos otros ya han alcanzado su recompensa, pues, al permanecer fieles hasta la muerte han sido considerados dignos de recibir su recompensa celestial. Por lo tanto, ahora ellos están en el cielo como futuros sacerdotes y Reyes (Revelación 20:6). Por otra parte, los que repudiaron la fe murieron sin su recompensa y sin una esperanza segura ¿resucitarán en el paraíso terrestre? Solo Jehová lo sabe, aunque la Biblia da pocas esperanzas para las personas que rechazan la fe verdadera. Aún si resucitan en la tierra, se perdieron del maravilloso privilegio de reinar con Jesús y ver a Jehová cara a cara.



Esto resalta la importancia de servir a Jehová por los motivos correctos. Cultivemos amor sincero por Jehová. Conozcámoslo y tratemos de amoldar nuestra vida a sus mandamientos. Cultivemos cualidades que agradan a Jehová y evitemos actitudes que él odia. Hagamos todo eso, no solo por vivir eternamente en el paraíso que él promete. Hagámoslo por amor sincero a él. Si el amor es el motivo de nuestras acciones, no dudemos de que alcanzaremos el premio que él nos promete. Que nuestra resolución sea como la de un hermano que dijo: “Aún si Jehová no me considera digno de vivir en el nuevo mundo, el ser un testigo suyo en este sistema de cosas es lo mejor que pudo haberme pasado”. Por supuesto, nunca dudemos de las promesas de Jehová y tengámoslas claras en nuestra mente y corazón. Recordemos cada día las palabras de Hebreos 6:10: “Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre”.