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sábado, 23 de junio de 2012

Testigos de Jehová apelarán al veredicto del jurado en el caso de California.

NUEVA YORK — Los Testigos de Jehová apelarán la decisión de un jurado de California en un caso que envuelve presuntos actos de abuso de menores.


El jurado dictó el pago de una cifra multimillonaria por daños a una mujer que alega que fue abusada por un miembro de una congregación local de los testigos de Jehová cuando era niña. En el juicio, la demandante alegó que las políticas de la Watchtower Bible and Tract Society contribuyeron al supuesto abuso. “Nosotros respetuosamente estamos en desacuerdo con la decisión del jurado. Esta es la primera vez que una organización es encontrada responsable por los supuestos delitos de un miembro que no mantiene una posición de liderazgo o autoridad,” dijo James McCabe, un abogado que representa a la Watchtower en este caso. “Lamentamos bastante cualquier daño que esta chica haya sufrido. Sin embargo, la organización no es responsable. Ahora acudimos a la Corte de Apelaciones para una revisión de este caso.”


J. R. Brown, un portavoz de la central mundial de los testigos de Jehová, comentó: “El hecho de que los testigos de Jehová aborrecen el abuso de menores, y se esfuerzan por proteger a los niños de tales actos, es bastante conocido. Los miembros individuales de una organización deben ser, en último caso, los responsables por sus propias acciones, particularmente cuando son tan flagrantes contra las normas morales y principios de una organización y sociedad.”


Traducción del comunicado oficial. La versión original en inglés puede leerla en http://www.jw-media.org/usa/20120620.htm

lunes, 14 de junio de 2010

GUÍAS RELIGIOSOS PEDERASTAS… ¿QUÉ HAY DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ?

En cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad, […] y fornicadores […], su porción será en el lago que arde con fuego y azufre”

Revelación 21:8 —


TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 10 MINUTOS



LEER LA PRIMERA PARTE


Los casos de líderes religiosos pederastas no se han dado únicamente en la Iglesia Católica Romana. Se ha sabido también de pastores Evangélicos que han cometido tal acto. En vista de esto surge la pregunta: ¿Han quedado inmunes los testigos de Jehová? Bueno, comparemos esto con otros pecados graves. La Biblia condena la Fornicación, la borrachera, el espiritismo y prácticas similares. Estas prácticas son comunes en las religiones de la cristiandad, y por lo general, los que cometen tales pecados no reciben ninguna disciplina ni corrección por parte de su iglesia. ¿Han quedado inmunes los testigos de Jehová a estos pecados? Por supuesto que no. Aunque la organización de Jehová es perfecta, no lo somos sus miembros terrestres y por eso no somos inmunes al pecado. Sin embargo, sí hay grandes diferencias en la forma en que se tratan los casos de pecados graves. Según datos que van de 1985 a 1991 el promedio de expulsiones anuales fue de unas 40 mil. La expulsión ha sido una medida para mantener pura la congregación cristiana, y así proteger a los miembros fieles de la influencia corruptora del pecador impenitente. Sin embargo, no podemos tan solo englobar los pecados e incluir allí la pederastia. La pederastia es un pecado, aunque igual de grave que el adulterio y otros pecados, especialmente repugnante y abominable, así que, ¿qué ha hecho la organización, primero, para proteger a los niños de los pederastas, y segundo, para disciplinar a los pederastas que quizás haya habido?


Protegiendo a los niños: No podemos negar que los padres son totalmente responsables de sus hijos pequeños, así que la mayor responsabilidad recae sobre ellos; son ellos los que deben estar alerta contra los peligros que amenazan a sus niños. En vista de esto, la organización de los testigos de Jehová ha hecho grandes esfuerzos por educar a los padres al respecto. Pongamos como ejemplo la revista ¡Despertad! del 22 de enero de 1985, cuya serie de portada se tituló: “El abuso sexual de menores... usted puede proteger a sus hijos” que dijo en la primera página: “Aunque todos los años hay millares de casos, cierta sociedad para el bienestar de menores dice que tales cifras representan solo ‘una fracción pequeña del monto total’. ¿Quién se rebajaría a cometer tales actos depravados y cobardes de inmoralidad contra niños indefensos? ¿Desconocidos?, sí; pero mucho más a menudo los que abusan son parientes de las víctimas o amigos de la familia. ¿Qué pasos pueden dar los padres para proteger a sus hijos? Los primeros artículos de este número consideran este problema y ofrecen sugerencias al respecto”. Esta serie de artículos proveyó gran instrucción a los padres al respecto. Más recientemente, la revista ¡Despertad! Trató de nuevo el tema en el número de Octubre de 2007 con el título de portada: “Padres, protejan a sus hijos” (Véase también los siguientes números de la revista ¡Despertad! 8 de noviembre de 1982, 8 de octubre de 1993 y 1 de enero de 1997 páginas 26-29).


Sin embargo, no se ha dado educación únicamente a los padres. Los niños mismos han recibido, de forma sana y respetuosa, instrucción de cómo protegerse de los abusos (Véase el capítulo 32 de libro Aprendamos del Gran Maestro), y se ha instruido a los padres sobre cómo educar a sus hijos al respecto. Lamentablemente pudiera suceder que, por no estar informados o debido a otras circunstancias haya un niño que sufrió abuso sexual, ¿qué debería hacerse, especialmente si el abusador es un testigo de Jehová?


Manteniendo pura la congregación cristiana: La Biblia dice: “No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres […] heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9, 10). Como vimos la semana pasada, “Fornicación” (Gr. Porneia) incluye la pederastia. Lógicamente, cuando venga el Reino de Dios y destruya a todos los malvados, los pedófilos y los pederastas también serán destruidos. Mientras tanto, ¿qué hace la organización de Jehová para proteger a la congregación, y especialmente a los niños? Ya vimos cómo ha educado tanto a padres como a niños, pero no hemos visto cómo actúa ante un delito ya cometido.


Algunos alegan que, al igual que la Iglesia Católica Romana, la sociedad Watchtower (la entidad legal usada por los testigos de Jehová) encubre a los pederastas, especialmente si estos son ancianos de congregación (los hombres que llevan la delantera). Algunos también alegan que los ancianos instan a los padres para que no denuncien al delincuente. Pues bien, veamos cómo se tratan esos asuntos en la congregación.


Hemos de notar que en la congregación los asuntos de violación y pederastia no se tratan como delitos, sino como pecados. Esto se debe a que la congregación vela por el bienestar espiritual de los miembros, por lo tanto, para tratar el asunto como un delito debe recurrirse a las entidades judiciales y gubernamentales. Cuando se hace la acusación de que un adulto bautizado violó a alguien, sea un niño o no, dos ancianos deben investigar el asunto, y luego reunirse por separado con el acusador y el acusado. Si el acusado niega haber realizado tal acto, los ancianos harán arreglos para reunirse con ambas partes al mismo tiempo, y así, que cada quien exponga los asuntos frente al otro. Si el acusado sigue negando ser culpable y si no hay pruebas que lo incriminen los ancianos no pueden tomar medidas contra el acusado, al menos por el momento, ¿por qué? Puesto que la ley dada a Moisés exigía la muerte de los idólatras y los fornicadores, entre otros, se necesitaba un juicio para dictaminar la sentencia, pero Jehová dijo: “Por boca de dos testigos o de tres testigos debe dársele muerte al que ha de morir. No se le dará muerte por boca de un solo testigo” (Deuteronomio 17:6). Esa ley no cambia bajo el arreglo cristiano, pues Jesús repitió la misma regla según se registra en Mateo 18:16; y el apóstol Pablo dio la instrucción: “No admitas una acusación contra un anciano, salvo y únicamente por la evidencia de dos o tres testigos” (1 Timoteo 5:19). Así que en la actualidad se sigue esa norma bíblica: por dos o tres testigos pueden tomarse medidas judiciales en la congregación contra el acusado, no por un solo testigo. Ahora bien, esto solo aplica en la congregación, pues si la persona que afirma haber sufrido abuso sexual o sus padres desea llevar el asunto a los tribunales, están en todo su derecho, tal y como señaló La Atalaya del 1 de agosto de 2005 (página 14). La Atalaya del 1 de enero de 1997 declaró: “Dependiendo de la ley del país donde viva, es probable que lo encarcelen o que el Estado le imponga otras sanciones. La congregación no lo protegerá de estas consecuencias” (cursivas nuestras).


Si el acusado decide confesar o hay pruebas de que realmente lo hizo, se efectuará un comité judicial. Tres o más ancianos se reunirán con él para ver la condición de su corazón y saber si está arrepentido, es decir, si le pesa haber cometido el pecado que cometió y si está resuelto a no volverlo a cometer, por supuesto que el comité judicial ve más que solo las palabras que dice el acusado, pues con la guía del espíritu Santo puede determinar si realmente está arrepentido o no. Dependiendo de la actitud que toma el pecador es posible que no se le remueva de la congregación, sino que sea censurado. Sin embargo, si el comité judicial percibe falta de arrepentimiento sincero se siguen las instrucciones dadas por el apóstol Pablo: “entreguen a tal hombre a Satanás para la destrucción de la carne. Remuevan al [hombre] inicuo de entre ustedes” (1 Corintios 5:5, 13). Con la acción de “remover”, o expulsar, al pecador, se le corta totalmente de la congregación y los miembros fieles de la congregación evitarán todo trato con él, pues ya no es su hermano espiritual (2 Juan 11). Un dato interesante es que, si las entidades judiciales del estado dictan culpable o inocente al acusado, esa decisión no afecta la decisión que tomen los ancianos en la congregación.


Si esta persona continúa siendo parte de la congregación, o si es expulsada y luego readmitida en la congregación, para protección de los niños de la congregación, esta persona nunca podrá tener ninguna asignación especial de servicio, es decir, nunca podrá servir como precursor (ministro de tiempo completo), mucho menos de siervo ministerial ni de anciano de congregación. Al respecto La Atalaya del 1 de enero de 1997 (página 29) dijo: “Si parece estar arrepentido, se le animará a progresar espiritualmente, a salir al servicio del campo e incluso a participar en la Escuela del Ministerio Teocrático y tener asignaciones que no impliquen enseñanza en la Reunión de Servicio. Eso no quiere decir, sin embargo, que llenará los requisitos para ocupar una posición de responsabilidad en la congregación”. Este trato se da a todos por igual en la congregación, sea solamente un publicador, un anciano, un superintendente viajante, o cualquier otra persona sin importar el puesto de responsabilidad que ocupe, se le tratará de la misma forma, y la congregación nunca intentará proteger al delincuente de las entidades judiciales del estado, pues las normas bíblicas exigen que respetemos a estas “autoridades superiores” (Romanos 13:1-5). El libro Manténganse en el amor de Dios declara: “En el raro caso de que un cristiano cometiera un delito grave contra otro —como violación, agresión, asesinato o hurto mayor—, no sería improcedente denunciarlo ante las autoridades, aunque dicha acción diera origen a un juicio civil o penal.” (Página 223).


Usted puede tener la seguridad de que la congregación de los testigos de Jehová nunca instará a las víctimas a que oculten a los delincuentes. Los implicados tienen el derecho de tomar acciones judiciales contra él. Por otra parte los ancianos velarán por la seguridad espiritual de la congregación, encargándose de que un pederasta nunca llegue a ocupar puestos de responsabilidad o expulsándolo de la congregación.


Sin importar quién cometa el pecado de la pederastia, podemos estar seguros de que tarde o temprano sufrirán su merecido. Sodoma y Gomorra eran ciudades cuyos habitantes habían pervertido sexualmente a niños, y por esa perversión fueron destruidos (Génesis 19:4). Jesús comparó nuestros días a los días de Lot, y podemos estar seguros de que pronto Jehová guerreará contra Satanás y sus aliados terrestres, trayendo destrucción a todo el que no cumplió sus justas leyes. Esperamos con anhelo el día en que Jehová cumpla la siguiente profecía: “Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza” (2 Tesalonicenses 1:6-9).

lunes, 7 de junio de 2010

GUÍAS RELIGIOSOS PEDERASTAS… DESENMASCARANDO A LA CRISTIANDAD

En cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad, […] y fornicadores […], su porción será en el lago que arde con fuego y azufre”

Revelación 21:8 —


TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 5 MINUTOS


No ha sido raro escuchar últimamente sobre el tema de sacerdotes católicos pederastas. El asunto se ha hecho aún más complicado al darse a conocer que el Papa Benedicto XIV sabía de estos casos y los encubrió cuando aún era cardenal, y es obvio que Juan Pablo II (quien está como candidato para ser “santo”) también estaba al pendiente de esta situación ¿qué hicieron entonces? Veamos los datos conocidos hasta ahora y veamos cómo ha manejado estos casos la Iglesia Católica Romana.


Colm O’Gorman fue una de las víctimas de abuso sexual por parte de un sacerdote llamado Sean Forton. El asunto llegó a ser del conocimiento del hombre más importante de la diócesis, el obispo Brendan Comiskey, obispo de Ferns. Se espera que Comiskey apartara a Forton de los niños, pero, aunque alega haber puesto en tratamiento a Forton, lo cierto es que durante unos seis años estuvo trasladándolo de parroquia en parroquia, siempre en contacto con niños. Forton dejó de violar niños al ser descubierto públicamente y se suicidó poco antes de su juicio. ¿Son pocos y aislados los casos como este? ¿Cuál es la posición oficial de la Iglesia de Roma en estos casos? Cada vez es más evidente que los casos de pederastia por parte de los sacerdotes no son aislados. De hecho, en el Vaticano todos estos casos son conocidos, ¿cómo lo sabemos? Por un documento oficial con fecha de 1962 y enviado a todos los obispos del mundo que exige que las acusaciones de delitos sexuales por parte de sacerdotes se manejen de forma interna. El documento empieza sus instrucciones así: “[Este texto es] para ser diligentemente guardado en los archivos secretos de la Curia como un documento estrictamente confidencial.” ¿Por qué debía guardarse tan estrictamente este documento? Porque contiene información que expondría a la crítica a la Iglesia Católica, pues sus instrucciones pueden usarse para acallar a las víctimas. Es cierto que el propósito públicamente conocido es el de proteger la reputación del Sacerdote hasta que se comprobara la veracidad de las acusaciones, pero en la práctica no hace más que proteger a los delincuentes.


Joseph Ratzinger fue el hombre que durante 20 años se encargó de hacer cumplir las instrucciones de “Crimen Sollicitationis” (Crimen de Solicitación), el documento de 1962. El párrafo 4 (página 2) de Crimen Sollicitationis dice: “[Los superiores] tienen permitido transferir (al sacerdote acusado) a otra asignación, a menos que el Ordinario del lugar lo haya prohibido debido a que ha aceptado la denuncia y haya empezado la inquisición”. El párrafo 11 (página 3) va más allá y señala que estos casos se están llevando de la forma más secreta posible, y por eso, las personas enteradas del asunto, especialmente la víctima y el victimario “serán restringidos por un silencio perpetuo”, también que “cada uno que pertenezca de cualquier forma pertenezca al tribunal y haya sido admitido para tener conocimiento de los asuntos debido a su oficio, deberá observar el secreto estricto que es conocido como un secreto del Santo Oficio, en todos los asuntos y con todas las personas, bajo la pena de la excomunión latae sententiae, ipso facto y sin ninguna declaración [de tal pena]“ (Subrayado de ellos). En la sección 27 (página 17) hay una fórmula que el acusado debe decir, que en parte dice: “Yo… estando frente a… y tocando al más santo de los Evangelios de Dios delante de mí, juro y prometo ejercer mi deber fielmente…. Igualmente bajo el dolor de la excomunión latae sententiae ipso facto y a lo que se incurrirá sin ninguna declaración, que, fuera del momento de la muerte, no puedo ser absuelto por nadie excepto por el Santo Padre […] Observaré este secreto absolutamente y en todas las formas con cualquiera que no haya tenido parte legítima en este asunto”.


Este documento fue sustituido por uno nuevo, creado en 2001 por Joseph Ratzinger y cuyo sentido es el mismo y obliga a las víctimas, testigos y acusados a guardar silencio, bajo pena de excomunión. Algunos personajes importantes que en su tiempo tuvieron relación con estos movimientos secretos de la Iglesia aseguran que la Iglesia Católica no da ayuda a las víctimas, más bien, las intimida a fin de proteger sus propios intereses. No somos quienes para juzgar personas, pero no estamos ciegos ante actos de organizaciones que aseguran representar a Dios.


Hombres desvergonzados y con poco sentido de moralidad cristiana que aseguran predicar la palabra de Dios a diario cometen actos asquerosos y horrorosos contra personas, en general, inocentes ¿por qué? No existe justificación alguna para actos tan inmundos, pero en parte ha contribuido la norma de la iglesia que obliga a los sacerdotes a ser célibes. Bien dijo la Biblia hace unos dos mil años: “La expresión inspirada dice definitivamente que en períodos posteriores algunos se apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios, por la hipocresía de hombres que hablan mentiras [… y] que prohibirán casarse” (1 Timoteo 4:1-3).


No es de extrañar que últimamente se esté desenmascarando en gran manera los actos de la Iglesia, ¿por qué? Por que el fin de toda institución religiosa falsa está cerca, y cuando la Organización de las Naciones Unidas (la Bestia Salvaje de color escarlata) y todos los sistemas políticos del mundo (los “diez cuernos”) tomen acciones decisivas que llevarán al final de estas organizaciones durante la “Gran Tribulación”, uno de los rasgos destacados es que las ‘desnudarán’, es decir, expondrán sus actos vergonzosos (Revelación 17:16; Mateo 24:21). Todo lo que acontece ahora, es un preludio que anuncia claramente el cumplimiento final de la profecía del capítulo 17 de Revelación respecto a Babilonia la Grande, el Imperio Mundial de la Religión Falsa. No hay duda de que las organizaciones religiosas, especialmente la Iglesia Católica Romana, que solía tener poder absoluto sobre los pueblos, están perdiendo su influencia sobre la gente y el apoyo de las masas (Revelación 17:1, 3; compare Revelación 17:15 con Revelación 16:12). Como organización, estas organizaciones que dicen seguir a Jesús, pero que practican el desafuero, serán destruidas para siempre, pero, ¿qué sucederá con los individuos que practican cosas horrendas como la pederastia? La pederastia y la pedofilia son actos que podrían incluirse en la palabra “Fornicación”, y Revelación 21:8 dice que los practicantes de este pecado serán lanzados al “lago que arde con fuego y azufre”, ellos sufrirán el mismo destino que Satanás el Diablo y sus demonios: destrucción eterna. Muchos son castigados por las leyes humanas y algunos lo serán en el futuro pero independientemente de esto, todos merecerán su merecido, a más tardar, en Armagedón.


Ahora surge una pregunta interesante, ¿ha habido casos de pederastia dentro de la organización de los testigos de Jehová? Si sí, ¿Encubre la organización a los delincuentes? ¿Qué acciones toma la organización? La siguiente semana analizaremos estas preguntas.