“Por [su] boca el que es apóstata arruina a su semejante”
— Proverbios 11:9 —
— Proverbios 11:9 —
En el pasado hemos tratado en parte este tema, pero es posible que haya quién se pregunte qué es la apostasía y quiénes exactamente son apóstatas. ¿Son personas inicuas? ¿Son peligrosos? ¿Se ‘sientan en la mesa de los demonios’? Hablaremos de nuevo sobre este tema.
Como ya hemos aclarado anteriormente —y todos los testigos deberíamos saberlo— los apóstatas son las personas que se rebelan contra la verdad. La palabra griega αποστασια (apostasía) significa literalmente “apartarse de”. Al respecto el Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento de W.E. Vine dice: “la apostasía significa el abandono y rechazo de la fe”. Ese es el sentido que los testigos de Jehová damos a la palabra “apostasía”. Así que un apóstata es un individuo que abandona nuestra fe mediante acciones o palabras. Por supuesto que el término “apóstata” no es denigrante en ningún sentido, si no que es el término más apropiado para identificar a estas personas. Lamentablemente la mayoría de apóstatas no abandonan la verdad en silencio si no que atacan a sus antiguos hermanos y difunden —en muchos casos— hechos fuera de contexto y peor aún, verdades a medias o descaradas mentiras a fin de apartar de la fe a los miembros fieles de la congregación (Lea Mateo 24:48-51). Aclarado quiénes son los apóstatas respondamos a la primera pregunta planteada en el primer párrafo: ¿Son personas inicuas?
El Diccionario de la Real Academia de Lengua Española define el término “inicuo” como “Malvado, injusto”. Ahora bien ¿son personas malvadas los apóstatas? En la mayoría de los casos no, al menos como personas. Una persona puede ser buena sin ser testigo de Jehová, así como un apóstata puede ser honrado, gentil, bondadoso y pacífico. Sin embargo, esto no indica que no son personas peligrosas, ¿en qué sentido? Respondamos a la segunda pregunta del primer párrafo ¿Son peligrosos?
Para responder a esta pregunta recordemos al primer apóstata: Satanás el Diablo. Nadie diría que Jehová Dios estaba equivocado, aún así Satanás abandonó la verdad por conveniencia propia, ¿la razón? Jesús dijo: “No permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él” (Juan 8:44). Satanás no se quedó contento con abandonar él solo la organización de Jehová, seguramente influyó para que otros ángeles que habían sido fieles se rebelaran contra su creador y abandonaran su organización celestial (Judas 6). ¿Cuál será el futuro de este rebelde y de aquellos que se dejaron influenciar por él? El apóstol Pedro dijo: “Ciertamente si Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron, sino que, al echarlos en el Tártaro, los entregó a hoyos de densa oscuridad para que fueran reservados para juicio” (2 Pedro 2:4). Ahora ellos están esperando la ejecución de ese juicio condenatorio, por lo cual están furiosos pues al final significará su destrucción eterna (Revelación 12:12; 20:10). ¿Les espera menos a los apóstatas modernos? ¿Quiere usted tener ese final tan fatal? Como es obvio que no, ¡nunca se deje influenciar por la apostasía! Ni siquiera lea o vea información de ellos por curiosidad ¿Por qué no? Un dicho popular dice: “La curiosidad mató al gato”, y en muchos casos resulta ser cierto eso. La información apóstata no solo socava la fe en la organización terrestre de Jehová, en vez de edificar una fe fuerte en Jehová, sus promesas y su palabra más bien la destruye; no lo acerca a Jehová, más bien lo aleja de él. Es lógico que ellos no le darán a usted información que les salve la vida, porque al igual que Satanás y sus demonios, espiritualmente están en “hoyos de densa oscuridad” y como dijo Jesús: “Un ciego no puede guiar a un ciego, ¿verdad? Ambos caerán en un hoyo, ¿no es cierto?” (Lucas 6:39). Si cerramos los ojos a los peligros de la apostasía y dejamos que la curiosidad nos lleve a ella, ¿no estamos haciéndonos “ciegos” a propósito? Y si estamos ciegos, ¿cómo podrían guiarnos otras personas ciegas a un lugar apropiado? ¿Acaso no nos harían caer en un ‘hoyo de densa oscuridad’ espiritual? ¿Acaso queremos alimentarnos de la “comida” que ellos sirven, en vez de sentarnos en “la mesa de Jehová” en donde abunda el alimento espiritual de calidad? (Isaías 25:6-8). Eso nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Se ‘se sientan a comer ellos en la mesa de los demonios’?
“No pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios” dijo el apóstol Pablo (1 Corintios 10:21). Eso nos recuerda algo: No podemos alimentarnos de ambas mesas, pero si no nos alimentamos de una, obligatoriamente nos estamos alimentando de la otra. ¿De qué mesa se alimentan los apóstatas? Para saberlos veamos qué dice la Biblia sobre ellos. Hablando del anticristo (o, mejor dicho, los anticristos) el apóstol Juan dijo: “Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de nuestra clase; porque si hubieran sido de nuestra clase, habrían permanecido con nosotros” (1 Juan 2:18, 19). Así que ellos en un tiempo se alimentaron de la mesa de Jehová, pero como ‘no son de nuestra clase’ ahora ya no se alimentan de la mesa de Jehová, y al no hacerlo, obligatoriamente comen de la mesa de los demonios, ellos son su fuente de alimento espiritual. Eso se confirma con las palabras de Jesús: “El que no está de mi parte, contra mí está” (Lucas 11:23). Así que quien ya no está del lado de Jehová, su hijo y su organización, está contra él y por lo tanto, está del lado de Satanás. Ellos llegan a ser hijos de Satanás y enemigos de Jehová (Compare con Juan 8:44a y lea 1 Juan 3:10).
Así que “alimentarnos”, es decir, leer y ver la información difundida por los apóstatas equivale a sentarnos a comer en la mesa de los demonios. ¡Qué acción tan asquerosa! Si queremos agradar a Jehová ¿por qué mezclaros con sus peores enemigos? ¡Nunca abandonemos la fe que hemos adquirido! Al igual que los millones de ángeles que permanecieron fieles a Jehová, odiemos lo que es malo y rechacemos con firmeza y convicción el alimento Satánico que se difunde por todos los medios posibles.
Para más información sobre el tema lea la entrada “¡Cuidado con los apóstatas!”.
La siguiente semana trataremos el tema “¿Debemos odiar a los apóstatas?”, basado en Salmo 139:21, 22.
Como ya hemos aclarado anteriormente —y todos los testigos deberíamos saberlo— los apóstatas son las personas que se rebelan contra la verdad. La palabra griega αποστασια (apostasía) significa literalmente “apartarse de”. Al respecto el Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento de W.E. Vine dice: “la apostasía significa el abandono y rechazo de la fe”. Ese es el sentido que los testigos de Jehová damos a la palabra “apostasía”. Así que un apóstata es un individuo que abandona nuestra fe mediante acciones o palabras. Por supuesto que el término “apóstata” no es denigrante en ningún sentido, si no que es el término más apropiado para identificar a estas personas. Lamentablemente la mayoría de apóstatas no abandonan la verdad en silencio si no que atacan a sus antiguos hermanos y difunden —en muchos casos— hechos fuera de contexto y peor aún, verdades a medias o descaradas mentiras a fin de apartar de la fe a los miembros fieles de la congregación (Lea Mateo 24:48-51). Aclarado quiénes son los apóstatas respondamos a la primera pregunta planteada en el primer párrafo: ¿Son personas inicuas?
El Diccionario de la Real Academia de Lengua Española define el término “inicuo” como “Malvado, injusto”. Ahora bien ¿son personas malvadas los apóstatas? En la mayoría de los casos no, al menos como personas. Una persona puede ser buena sin ser testigo de Jehová, así como un apóstata puede ser honrado, gentil, bondadoso y pacífico. Sin embargo, esto no indica que no son personas peligrosas, ¿en qué sentido? Respondamos a la segunda pregunta del primer párrafo ¿Son peligrosos?
Para responder a esta pregunta recordemos al primer apóstata: Satanás el Diablo. Nadie diría que Jehová Dios estaba equivocado, aún así Satanás abandonó la verdad por conveniencia propia, ¿la razón? Jesús dijo: “No permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él” (Juan 8:44). Satanás no se quedó contento con abandonar él solo la organización de Jehová, seguramente influyó para que otros ángeles que habían sido fieles se rebelaran contra su creador y abandonaran su organización celestial (Judas 6). ¿Cuál será el futuro de este rebelde y de aquellos que se dejaron influenciar por él? El apóstol Pedro dijo: “Ciertamente si Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron, sino que, al echarlos en el Tártaro, los entregó a hoyos de densa oscuridad para que fueran reservados para juicio” (2 Pedro 2:4). Ahora ellos están esperando la ejecución de ese juicio condenatorio, por lo cual están furiosos pues al final significará su destrucción eterna (Revelación 12:12; 20:10). ¿Les espera menos a los apóstatas modernos? ¿Quiere usted tener ese final tan fatal? Como es obvio que no, ¡nunca se deje influenciar por la apostasía! Ni siquiera lea o vea información de ellos por curiosidad ¿Por qué no? Un dicho popular dice: “La curiosidad mató al gato”, y en muchos casos resulta ser cierto eso. La información apóstata no solo socava la fe en la organización terrestre de Jehová, en vez de edificar una fe fuerte en Jehová, sus promesas y su palabra más bien la destruye; no lo acerca a Jehová, más bien lo aleja de él. Es lógico que ellos no le darán a usted información que les salve la vida, porque al igual que Satanás y sus demonios, espiritualmente están en “hoyos de densa oscuridad” y como dijo Jesús: “Un ciego no puede guiar a un ciego, ¿verdad? Ambos caerán en un hoyo, ¿no es cierto?” (Lucas 6:39). Si cerramos los ojos a los peligros de la apostasía y dejamos que la curiosidad nos lleve a ella, ¿no estamos haciéndonos “ciegos” a propósito? Y si estamos ciegos, ¿cómo podrían guiarnos otras personas ciegas a un lugar apropiado? ¿Acaso no nos harían caer en un ‘hoyo de densa oscuridad’ espiritual? ¿Acaso queremos alimentarnos de la “comida” que ellos sirven, en vez de sentarnos en “la mesa de Jehová” en donde abunda el alimento espiritual de calidad? (Isaías 25:6-8). Eso nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Se ‘se sientan a comer ellos en la mesa de los demonios’?
“No pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios” dijo el apóstol Pablo (1 Corintios 10:21). Eso nos recuerda algo: No podemos alimentarnos de ambas mesas, pero si no nos alimentamos de una, obligatoriamente nos estamos alimentando de la otra. ¿De qué mesa se alimentan los apóstatas? Para saberlos veamos qué dice la Biblia sobre ellos. Hablando del anticristo (o, mejor dicho, los anticristos) el apóstol Juan dijo: “Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de nuestra clase; porque si hubieran sido de nuestra clase, habrían permanecido con nosotros” (1 Juan 2:18, 19). Así que ellos en un tiempo se alimentaron de la mesa de Jehová, pero como ‘no son de nuestra clase’ ahora ya no se alimentan de la mesa de Jehová, y al no hacerlo, obligatoriamente comen de la mesa de los demonios, ellos son su fuente de alimento espiritual. Eso se confirma con las palabras de Jesús: “El que no está de mi parte, contra mí está” (Lucas 11:23). Así que quien ya no está del lado de Jehová, su hijo y su organización, está contra él y por lo tanto, está del lado de Satanás. Ellos llegan a ser hijos de Satanás y enemigos de Jehová (Compare con Juan 8:44a y lea 1 Juan 3:10).
Así que “alimentarnos”, es decir, leer y ver la información difundida por los apóstatas equivale a sentarnos a comer en la mesa de los demonios. ¡Qué acción tan asquerosa! Si queremos agradar a Jehová ¿por qué mezclaros con sus peores enemigos? ¡Nunca abandonemos la fe que hemos adquirido! Al igual que los millones de ángeles que permanecieron fieles a Jehová, odiemos lo que es malo y rechacemos con firmeza y convicción el alimento Satánico que se difunde por todos los medios posibles.
Para más información sobre el tema lea la entrada “¡Cuidado con los apóstatas!”.
La siguiente semana trataremos el tema “¿Debemos odiar a los apóstatas?”, basado en Salmo 139:21, 22.