miércoles, 10 de junio de 2009

El gozo del Bautismo

El sábado 22 de Noviembre de 2003 hice pública mi dedicación a Dios. Fue un día corrido, emocionante, y a la vez extraño.
Llegé al lugar de la Asamblea, como de costumbre, tarde. Ya había pasado el cántico y la oración y estaba el análizis del texto del día. Busqué mi lugar hasta el frente, justo delante de la plataforma, después del cántico de la mitad de la sesión de la mañana.

Uff... al fin el discurso más esperado para mí: La dedicación y bautizmo. Reconozco que cuando me bautizé no estaba preparado para dar ese paso, aunque lo hice por voluntad propia, pues nadie me obligó a hacerlo. Lo único que recuerdo es el nombre del discursante: Francisco de Mata. Quienes se bautizaron conmigo de mi congregación (Liliana de Pérez y Rudy Burrión), y el cántico que entonamos: El hermoso cántico 202 "Estamos dedicados a Dios". Me emociona especialmente esa parte que dice "La dedicación a Jah y a la Verdad nos da vida con prosperidad". Poco me imaginaba lo ciertas que serían esas palabras para mí.

Finalmente, el gran momento: El Chapuzón. Me dijeron lo que le dicen a todos: "No levante los pies" jeje. Pues salí, salí del agua con mucho frío, pero con el gozo de haberme bautizado y así, al fin ser un ministro ordenado de las buenas nuevas (aunque no entendía con claridad lo que eso significaba). Aunque no me arrepiento de haberme bautizado tan joven, si tuviera de nuevo esa oportunidad, no lo haría. Esperaría un poco más de tiempo para madurar. Ahora, casi seis años después, entiendo mejor las cosas y entiendo que servir a Jehová es una sabia desició, la más sabia que podemos tomar en medio del caos reinante.

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