martes, 18 de diciembre de 2012

“Protejamos el corazón”. Resumen del programa de la Asamblea de Distrito 2012. Parte 3.

“Sírvele [a Jehová] con corazón completo” — 1 Crónicas 28:9

Parece que los dos días anteriores pasaron muy rápido. Los hermanos estaban emocionados con las nuevas publicaciones presentadas, y esperaban con ansias el último día del programa basado en 1 Crónicas 28:9.

La sesión inició con una serie de discursos de nueve partes titulada Sigamos el ejemplo de aquellos que sirvieron a Jehová con todo el corazón. Del ejemplo de Ana se destacó que, a pesar de los problemas que tengamos, es posible servir con gozo a Jehová. Que debemos abrirle nuestro corazón en oración, y que, aun cuando otras personas nos tratan de forma desconsiderada, incluso cuando estos llevan puestos de responsabilidad, podemos mostrar respeto en nuestra forma de responder (1 Samuel 1:14-18). El siguiente discurso se centró en el hijo de Ana, Samuel, quien sirvió en el templo desde su niñez en una época difícil y rodeado de la mala influencia de los hijos del sumo sacerdote Elí, pero a pesar de eso, Samuel permaneció fiel a Dios (1 Samuel 2:12, 21, 26).  Abigaíl, la esposa de Nabal, respetó el don divino del matrimonio a pesar de estar casada con un hombre que ‘no servía para nada’. Fue una mujer muy discreta, y consideró un honor servir junto al “ungido de Jehová”, el rey David (1 Samuel 25:30-37). Elías fue un hombre de gran fe y constante oración. Tras un tiempo de sequía fue capaz de decir que ‘podía escuchar el sonido de la lluvia’, pues estaba tan seguro de que Jehová realmente haría llover (1 Reyes 18:42). Se mantuvo alerta, y una pequeña nube fue suficiente para creer en la promesa divina (1 Reyes 18:44). Al igual que él, nosotros nos mantenemos alerta y hasta la más pequeña señal fortalece nuestra fe en él y sus promesas. Aunque muchos no verían a Jonás como un ejemplo de obediencia, sí podremos aprender mucho de él como una persona que sirvió a Jehová de corazón completo. Primero, huyó de su asignación de advertir a los ninivitas de la destrucción que se avecinaba, y luego de regresar y, en efecto, hacerlo, se enojó porque Jehová mostró misericordia a esta nación (Jonás 3:4-6; 4:1). Sin embargo, aprendió la lección y corrigió de sus errores, ¿cómo lo sabemos? Porque aún después de estos eventos, Jehová lo inspiró con espíritu santo para escribir el libro bíblico que lleva su nombre. María, la madre de Jesús, fue una mujer humilde y obediente (Lucas 1:38). A pesar de que era soltera, no se puso a pensar en las habladurías de las personas; no esperaba que la gente entendiera su situación. También buscó el apoyo de Elizabeth, su pariente, quien era mayor y también había quedado encita por obra divina. Además, sabemos que María conocía muy bien los escritos inspirados, pues en la canción que compuso y se registra en Lucas 1:46-54 encontramos muchas expresiones prestadas de distintas partes de las Escrituras. No sólo eso, María vivía según los estándares morales de los escritos inspirados, pues permaneció virgen hasta el matrimonio (Lucas 1:34). Marta, la hermana de Lázaro, fue un gran ejemplo de hospitalidad. Con sus acciones demostró gran fe en Jesús, ya que cuando Lázaro enfermó, lo mandó a llamar, seguramente con la confianza en que Jesús lo sanaría. Cuando Lázaro murió, Marta expresó su gran fe enla esperanza de la resurrección (Juan 11:25-27). ¿Somos hospitalarios como ella? ¿Demostramos fe en las promesas divinas? La serie de discursos concluyó con el ejemplo del apóstol Pedro. Fue especialmente animador para todos aquellos que han cometido serios errores en su pasado. Pedro negó a Jesucristo ¡tres veces! Su arrepentimiento fue sincero, pues el registro bíblico indica que lloró amargamente. Sin embargo, eso no lo desanimó. Según Lucas 24:33, aun después de haberle fallado a su Amo, se reunió con los demás apóstoles y discípulos de Cristo.

Apropiadamente se entonó el cántico 61, ¿Qué clase de persona debo ser? Que nos ayudó a meditar si estamos viviendo según los estándares bíblicos, y procurando ser la clase de personas que Jehová desea que seamos.

El discurso público, “Las cosas anteriores no […] subirán al corazón”, basado en Isaías 65:13, 14, 17-19 y 21-23. La profecía de crear “nuevos cielos” y una “nueva tierra” tuvo un cumplimento en la Jerusalén tras la repatriación de los judíos en el año 537 a.E.C. Los “nuevos cielos” fue un nuevo gobierno bajo el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué. La “nueva tierra” fue el grupo de judíos repatriados. Pero esta profecía tiene un cumplimiento de mayor alcance. En 2 Pedro 3:13 se promete: “Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar.” Cuando esta profecía se cumpla disfrutaremos de paz y justicia bajo los “nuevos cielos”, es decir, la gobernación de Jesucristo en el poder del Reino. Se cumplirá a cabalidad la promesa de Isaías 65:13, 14 y 21-23 en donde se promete bienestar de corazón, abundancia de alimento para todos y hogares dignos. Sin duda todos esperamos con ansias la llegada del Reino a la tierra.

Le siguió el Resumen de La Atalaya para esa semana, y la sesión finalizó con el cántico 134 ¿Te ves en el nuevo mundo?, muy relacionado con el discurso público.

La sesión de la tarde inició con el cántico 73, Amémonos de todo corazón. Fue muy apropiado, pues en parte nos recuerda que “El amor no debe ser mucho desear y poco hacer.” Durante la parte que seguiría quedaría claro cómo aplicar dicho principio de forma práctica.

La representación dramática ¿Qué es el amor verdadero? Dio lecciones importantes tanto a solteros como  casados. Relató la historia de dos jovencitas cristianas. Una terminó casándose con un chico popular y guapo, publicador no bautizado aficionados a los deportes y muy inmaduro, y la otra chica se casó con un joven espiritual de la congregación. Diez años después la primera chica estaba al borde de romper su matrimonio, mientras que, en contraste, la otra pareja servía de tiempo completo tras su graduación de la Escuela para Matrimonios Cristianos. Encerró valiosas lecciones sobre la elección del cónyuge y cómo aplicar el consejo de Proverbios 22:3 que dice: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena.” Pero también dio importantes lecciones a los casados sobre cómo resolver problemas. Recordó la importancia de las palabras de 1 Juan 4:8 que dice: “El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.” Se demostró que el amor verdadero no tiene relación con lo físico, sino con lo interior, que este aprende a soportar los defectos del cónyuge. Que no se centra únicamente en recibir, sino principalmente en dar. Al mismo tiempo reafirmó la postura de la congregación cristiana sobre el tema del divorcio: Este no es una opción si no existe base bíblica, pues, como dice el cántico 36 Lo que Dios ha unido, que se cantó justo después del drama, la promesa de amar al cónyuge se hace delante de Jehová, y no es un compromiso puramente humano.

El discurso final se tituló Nunca permitamos que se aterrorice nuestro corazón. Durante toda la serie de discursos de la mañana se nos invitó a usar la imaginación y visualizar las situaciones de los personajes bíblicos que se analizarían. Sin embargo, la imaginación también puede afectarnos de forma negativa. Si la usamos para imaginarnos lo peor que podría ocurrirnos, y quizás son cosas que nunca ocurrirán realmente. Podríamos “aterrorizarnos” en asuntos como la salud, los negocios o los asuntos del futuro. En este caso es de suma importancia que sigamos el consejo de Jesús registrado en Mateo  6:34 que dice: “Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.” Al igual que en los días del profeta Eliseo, hoy podemos confiar en las palabras de 2 Reyes 6:16: “Pero él dijo: ‘No tengas miedo, porque hay más que están con nosotros que los que están con ellos’”. Contamos con el apoyo de Jehová Dios y su hijo Jesucristo, los ángeles, los cristianos ungidos que ya han resucitado, el “esclavo fiel y discreto” y nuestra hermandad mundial. ¿Tenemos razones para sentirnos aterrorizados? Pero para no aterrorizarnos necesitamos cultivar fe firme pues la falta de fe está vinculada con el miedo (Mateo 8:26). Como ayuda para cultivar esta cualidad se presentó una nueva película en formato DVD titulada Andamos por fe, no por vista. Relata con exactitud los eventos ocurridos entre el año 66 y 70 E.C. durante la conquista de Jerusalén por los romanos, el cumplimiento de la profecía de Jesús y las situaciones que seguramente tuvieron que vivir los cristianos para huir de la ciudad, en obediencia del mandato de Cristo. La otra cualidad necesaria para no aterrorizarnos es la esperanza, pues nos permite ver más allá de nuestros problemas. En donde hay fe, hay valentía (Salmo 27:14). La paz divina es como un antídoto contra el veneno, y la obtenemos cuando la pedimos en nuestras oraciones. Finalmente, necesitamos sentir amor por Jehová y su voluntad, pues esto evitará que sintamos miedo. Jehová y Jesucristo son los ejemplos máximos de mostrar amor, así que imitémoslos.

Estos fueron tres días de educación bíblica intensiva. Nos ayudaron a analizar el estado de nuestro corazón y a prevenir futuros problemas con este. Con toda esta información en mente los asistentes regresaron a sus hogares dispuestos a continuar con la obra que Jehová nos ha encomendado y a vivir a la altura de sus justas normas.

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