“Los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio”
— Lucas 20:35 —
Es razonable plantearse esa pregunta. Cuando las personas se casan generalmente usan la frase “Hasta que la muerte nos separe”, ¿es así? En realidad sí, pues el apóstol Pablo escribió: “La esposa (o el esposo) está atada durante todo el tiempo que su esposo (o esposa) vive” (1 Corintios 7:39a). Según esas palabras el matrimonio acaba al morir alguno de los dos cónyuges, por eso, al anularse el matrimonio el cónyuge sobreviviente puede volver a casarse, pues el apóstol Pablo escribió: “Pero si su esposo se durmiera [en la muerte], está libre para casarse con quien quiera, [pero] solo en [el] Señor” (1 Corintios 7:39b).
Pensemos en un caso real: Martha tenía una relación sentimental con un hombre casado llamado George antes de estudiar la Biblia, el hombre quería casarse con Martha pero murió en un accidente antes de obtener el divorcio. Cuando Martha aprendió la verdad bíblica y la esperanza de la resurrección comentó: “Cuando George resucite no me buscará a mí si no a su esposa”. ¿Era acertada la idea de Marta? Veamos:
Tramposamente, los saduceos del tiempo de Jesús plantearon una pregunta muy interesante. Aunque ellos la hicieron con malos motivos, los que hoy leemos ese pasaje podemos aprender mucho. Ellos dijeron: “Maestro, Moisés nos escribió: ‘Si el hermano de algún hombre muere mientras tiene esposa, pero esta ha quedado sin hijos, su hermano debe tomar la esposa y levantar prole de ella a su hermano’. Pues bien, hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa y murió sin hijos. Lo mismo el segundo, y el tercero la tomó. Igualmente los siete; no dejaron hijos, sino que murieron. Por último, la mujer también murió. Por consiguiente, en la resurrección, ¿de cuál de ellos llega a ser esposa?” (Lucas 20:28-33).
Al leer la pregunta, podríamos pensar que el primer esposo de la mujer es el esposo legal, con quién ella se unirá cuando resucite, pero la respuesta que dio Jesús nos deja mucho en qué pensar: “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección” (Lucas 20:34-36).
Notemos una de las expresiones de Jesús: “Son como los ángeles” ¿indica esto que se refiere a la resurrección celestial? Por supuesto que los ungidos no tienen ninguna perspectiva de casarse pues serán espíritus, y entre los espíritus no hay distinción de sexos, ¿no se refiere a este hecho la expresión “son como los ángeles”? Absolutamente no. Aunque los ángeles pueden vivir eternamente son seres mortales, ¿cómo así? Pongamos como ejemplo a Satanás y sus demonios. Ellos son ángeles que por sí solos podrían ser eternos, pero serán destruidos pronto (Revelación 20:10). Pero a diferencia de los ángeles, los ungidos no pueden ser destruidos y aparentemente no dependen de una fuente externa de vida pues alcanzan la inmortalidad y la incorrupción (1 Corintios 15:53), así que los ungidos resucitados no llegan a ser como los ángeles, ellos son superiores a los ángeles. Entonces, ¿a qué se refiere cuando dice que los resucitados “son como los ángeles”? Pensemos en algún ser humano que pudiera vivir para siempre (es decir, no pudiera morir si así lo hubiera querido) pero que a la vez era un ser mortal. Hay dos, Adán y Jesús, ambos hombres tenían una condición similar a la de los ángeles pero vivían en la región terrestre. Si Adán no hubiera pecado no hubiera muerto, así que ‘no podía morir’, pero, ¿qué le hubiera pasado al perfecto hombre Adán si se hubiera caído de cabeza de 50 metros de altura? ¿Acaso era inmortal para que no le pasara nada? Por supuesto que no, él hubiera muerto. Este ejemplo ilustra la diferencia entre la “vida eterna” y la “inmortalidad”. ¿Significa esto que las palabras de Jesús en Lucas 20:34-36 aplicarán en la resurrección terrestre? Veamos:
Empecemos diciendo que los saduceos no creían ni en Jesús, mucho menos en la resurrección celestial, así que su pregunta no se enfocaría a “la primera resurrección”.
Además, aunque no hay razones para creer que el ejemplo que pusieron los saduceos sobre la mujer y sus siete esposos sea real, supongamos que lo fuera, ¿en dónde resucitarían estas ocho personas? Es lógico concluir que en la tierra, ¿por qué llegamos a esa conclusión? Porque el versículo 28 establece que era un matrimonio que se hallaba bajo la ley de Moisés, y ¿en en dónde resucitarán las personas que estuvieron bajo la ley de Moisés? En la tierra porque la esperanza celestial se empezó a dar hasta el pentecostés del año 33 E.C. unos meses después de que la ley de Moisés fuera abolida con la muerte de Cristo. Eso indica que las palabras de Jesús en donde dice que “ya no se casan ni se dan en matrimonio” aplicarían a estas ocho personas que resucitarían en la tierra.
Jesús también relacionó la resurrección con ganar “aquel sistema de cosas” lo que deja sin duda alguna que se refiere a la resurrección terrestre, pues la resurrección celestial empezó en 1918, antes de que viniera “aquel sistema de cosas”. (Para una explicación sobre el año 1918 y la “Primera resurrección” haga clic aquí).
Esto indica que no hay razón para creer que en la resurrección terrestre se vuelvan a unir los matrimonios. Es cierto que la Biblia no da detalles sobre cómo funcionará este hecho y por tales razones no entendemos cómo será realmente. Es posible que una persona cuyo cónyuge haya muerto aún guarde la esperanza de volver a unirse con él (o ella) en el paraíso. Aunque es un motivo noble no hay base bíblica para creer que eso será así, ¿es injusto eso? No, pues quien lo estableció fue Jehová Dios y él es el ser más sabio del universo y sabe qué es lo mejor para nosotros, además que no sabemos cómo exactamente será, así que no podemos decir que no nos producirá felicidad pues nunca hemos vivido situaciones similares. Sea como sea, podemos estar seguros de que el paraíso borrará todo dolor que actualmente pasemos y que todo lo que suceda allí será para nuestro disfrute y beneficio.
Que articulos de las publicaciones del esclavo son tus fuentes?
ResponderEliminarLee el libro "¿Es esta vida todo cuanto hay?", especialmente el penúltimo capítulo.
ResponderEliminarSeria bueno si pusieras las publicaciones que utilizastes para que podamos leerlas.
ResponderEliminarGracias por los temas tan interesantes que publica.
Siempre me aseguro que todo lo que escriba esté en conformidad con la verdad y las publicaciones del Esclavo Fiel y Discreto, aunque casi nunca consulto las publicaciones mientras escribo, así que no recuerdo las fechas de las Atalayas o las páginas de los libros de forma precisa, porque prefiero escribir lo que recuerdo con los textos que tengo en mente cuando escribo, de esa forma me aseguro de que podré explicar el tema en el ministerio del campo. Lo que siempre recomiendo es que hagan lo mismo que los bereanos, que lean en la Biblia y en las publicaciones disponibles para asegurarse que lo que escribo acá es verídico. Si no tienen la publicacion disponible pueden escribirme a mi correo y con gusto les buscaré y enviaré una copia.
ResponderEliminarhay algo en el ejemplo que le expusieron los saduceos a Jesus, le mencionarion que la mujer no tuvo descendencia o hijos con ninguno de los 7 hermanos. y aunque comprendo bien lo que dices acerca de este ejemplo; cuando un matrimonio se separa debido a que uno de los conyuges se ha dormido en la muerte; me queda la pregunta de que como es que sera en el nuevo orden( en la resurrecion) si este matrimonio tuvo hijos en este sistema de cosas? y el conyuge continua al cuidado de los hijos y se mantiene sin casarse de nuevo?
ResponderEliminarCreo que en determinado momento todos nos hemos preguntado eso, pero, como decía la entrada que has leído: "Es cierto que la Biblia no da detalles sobre cómo funcionará este hecho y por tales razones no entendemos cómo será realmente.".
ResponderEliminarComo no sabemos qué es vivir en el nuevo mundo, no sabemos cómo será. Quizás Jehová decida que, en ciertos casos, sí se vualvan a unir en matrimonio, pero son simples conjeturas.
Debemos esperar para ver cómo hará funcionar Jehová esas circunstancias, tomando en cuenta que siempre hace las cosas para nuestro beneficio y felicidad.
Ahora sé que no quiero alcanzar la vida eterna. Me esforzaré por servir a Dios pero no quiero pasar al paraíso, sólo hacer la voluntad de Él en este mundo.
ResponderEliminarGracias por la información
Acá sería apropiado recordar las palabras finales del post: "Es cierto que la Biblia no da detalles sobre cómo funcionará este hecho y por tales razones no entendemos cómo será realmente." No sabemos si habrá excepciones o no. Nadie sabe qué pasará. Simplemente que esta es la forma más obvia de entender el pasaje bíblico, pero podemos estar seguros que el paraíso será una bendición, y Jehová desea que estemos allí, aunque, claro, él no nos dice ahora cada detalle, así que es mejor esperar y ver qué sucederá y no ser dogmáticos respecto a cómo será nuestra vida allí.
EliminarMuchas gracias por responder mi comentario, y gracias por hacerlo con respeto.
EliminarPues a mí me gustaría compartir mi vida para siempre con alguien, ese siempre ha sido mi sueño y me pone muy triste creer que el matrimonio pueda acabarse en el nuevo Reino de Dios.
Muchas gracias por responder mi comentario con mucho respeto.
:)