martes, 20 de octubre de 2009

PROFECÍAS: “ENTONCES HABRÁ GRAN TRIBULACIÓN”

Tras dar las señales que permitirían reconocer el tiempo de su presencia, Jesús pasó a decir: “Porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora” (Mateo 24:21). Al hablar de esta Gran Tribulación Jesús había hablado primeramente de la destrucción que le sobrevendría a Jerusalén, hecho ocurrido en el año 70 E.C. Sin embargo esta profecía tiene un cumplimiento mayor para nuestros tiempos, ¿cómo lo sabemos? Analicemos los asuntos a la luz de la palabra de Dios.

Cerca del año 96 E.C. el anciano apóstol Juan fue recluido en la isla de Patmos, probablemente por el emperador romano Domiciano. En esa isla el apóstol Juan recibió una serie de profecías que se cumplirían durante “el día del Señor” (Revelación 1:10), día que empezó, lógicamente, al empezar la presencia de Jesús en 1914. Podemos saber que las profecías dadas por Jesús según se registran en los evangelios sinópticos tiene un cumplimiento mayor al hallar un paralelo con la profecía de Revelación, dado que la Revelación se dio cerca de 20 años después de la destrucción de Jerusalén. Veamos algunas de esas profecías y otros hechos que nos ayudan a reconocer que realmente habrá en el futuro cercano una “Gran Tribulación”.

El Cabalgar de los cuatro jinetes: En Revelación 6:1-8 se ve a cuatro caballos con sus respectivos jinetes. El primer caballo es blanco, el que va sentado sobre ese caballo tiene una corona y un arco y empieza a completar victoria. Este es obviamente Jesucristo resucitado y coronado como Rey, y su cabalgar empezó desde octubre de 1914. Luego un segundo caballo color rojo como el fuego, este representa la guerra. Luego un caballo negro que representa el hambre y finalmente un caballo pálido cuyo jinete es la Muerte y el Hades va siguiéndolo de cerca. Al comparar esta profecía con los capítulos 24 de Mateo, 13 de Marcos y 21 de Lucas hayamos un gran parecido y logramos entender que la profecía de Jesús no tuvo únicamente un cumplimiento en el siglo primero.

Aún no se ah terminado la obra de sellar de los ungidos: Otro aspecto de la profecía de Mateo 24 señala que se reunirá a los escogidos, y que estos serán reunidos por los ángeles. Esta acción no ocurrió durante el siglo primero sino ocurrirá en el futuro. En el capítulo 7 de Revelación se ve a ángeles reteniendo los “vientos” de la Gran Tribulación y no los soltarán hasta que terminen la obra de sellar en la frente a los escogidos. Recordemos que el sello que se menciona en Revelación 7:3, 4 es un segundo sello. El primer sello es el que los hace consientes de que tienen el llamamiento celestial, y el segundo sello es el que los identifica claramente como siervos que han probado su fidelidad. La mayoría de los 144,000 obtienen este sello al morir fielmente y ser resucitados como seres espirituales. Los que aún no han muerto obtendrán este sello al probar su fidelidad, incluso durante la Gran Tribulación. A este sellado se refirió Jesús en Mateo 24:31 cuando dijo: “Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo.

Se está recolectando a la “Gran Muchedumbre”: Revelación 7:14 dice que la Gran Muchedumbre de otras ovejas con esperanza terrenal sobrevivirán a la Gran Tribulación. Si la Gran Tribulación mencionada por Jesús hubiera tenido el único cumplimiento del año 70 esta profecía, escrita unos 20 años después hubiera carecido de sentido. Además, si Revelación 7:14 hubiera hablado de otra “Gran Tribulación”, no a la que se refirió Jesús es obvio que se hubiera usado el término “una Gran Tribulación”, no “la Gran Tribulación”, el hecho que se haya usado el pronombre la nos recuerda que el apóstol Juan estuvo presente cuando Jesús dio la profecía de Mateo 24:21 y la expresión “Gran Tribulación” era conocida para él. Además, la Gran Muchedumbre no se recolectó durante el siglo primero, pues para el tiempo de la destrucción de Jerusalén todos los cristianos tenían la esperanza celestial. Esto indica que la Gran Tribulación aún está en el futuro.

El Reino de los cielos no está gobernando en su totalidad a la tierra: Jesús dijo: “Entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria”. Estas palabras se refieren a acontecimientos durante la Gran Tribulación, no a la presencia de él, pues la presencia de él solo la reconocieron sus discípulos verdaderos, pero durante la Gran Tribulación todas las personas sabrán y “verán” por los ojos del entendimiento que él ah venido a destruir a los malvados. Después de señalar que las personas lo “verán” pasó a decir: “Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca” (Lucas 21:27, 28). Luego dijo que al comenzar a suceder estas cosas sus discípulos sabrían que el Reino de Dios está cerca (Lucas 21:31). Sin embargo, al ser destruida Jerusalén no vino el Reino de Dios.

Todo esto nos indica que la Gran Tribulación aún es futura. Los eventos históricos muestran que esta gran tribulación está cerca, como vimos en la entrada de la semana antepasada, en las siguientes dos entradas del Blog veremos en orden cronológico las profecías que ya se han cumplido durante “el día del Señor” y lo que acontecerá durante la Gran Tribulación.

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