miércoles, 15 de julio de 2009

No mezclemos la adoración pura con las prácticas mundanas Lecciones para nosotros – Lectura Semanal de la Biblia

Santidad: La palabra hebrea es qó·dhesch (קדשׁ ) y se refiere a la cualidad de estar separados del uso común, ser exclusivos, estar separados de las demás cosas a fin de glorificar y servir a Dios. Todo lo que no es Santo es algo Profano.
Jehová estaba resuelto a mantener la santidad en su pueblo Israel. Podemos ver cómo Jehová meticulosamente dio claras instrucciones aún sobre la limpieza física y la forma de arreglarse. Ya es sabido que muchas de las leyes dadas a Israel ya no aplican a los cristianos (Hebreos 8:13). Sin embargo, encontramos principios que deben regir el vivir cristiano. Uno de esos principios está en Levítico 21:5 en donde Jehová manda a los sacerdotes: “No deben ellos producir calvicie sobre su cabeza, y no deben afeitarse la extremidad de la barba”.
Quizás a muchos varones Israelitas no les gustara usar la barba, y quisieran ser como los egipcios, quienes estaban bien afeitados, pero Jehová había mandado conservar la barba y el cabello. Por supuesto que Jehová requería una barba bien cuidada y el cabello recortado, a excepción del duelo y el nazareato (2 Samuel 19:24-28; Isa. 7:20; Ezequiel 44:15, 20).
Esta ley no se dio por asuntos de moda, sino para establecer una diferencia entre el pueblo de Jehová y las demás naciones, pues Jehová no quería que su pueblo imitara las prácticas paganas de las naciones circundantes.
En nuestro caso, bajo la ley del Cristo, se dio una ley aplicable tanto a varones como mujeres, a saber: “[Que] se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso”.
La Atalaya del 1 de agosto de 1973 dice: “Si, pues, usted quiere insistir sobre cierto estilo de peinado o de vestir, o alguna práctica, pregúntese: ‘¿Estoy haciéndolo para imitar a mundanos?’”
Así que deberíamos esforzarnos por que nuestra apariencia refleje que pertenecemos al pueblo santo de Jehová, y se establezca una diferencia clara entre lo profano y lo santo.

1 comentario:

  1. Hola José, buen blog, me gusta, de hecho ya lo agregué a mi lista de blogs interesantes. Si quieres visita el mio enlapequenavenecia.blogspot.com ¡Saludos!

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