lunes, 25 de octubre de 2010

¿Cómo entonar los cánticos esta semana?

A partir de esta semana este Blog incluirá esta sección titulada ¿Cómo entonar los cánticos esta semana? La entrada de la semana la encontrará siempre abajo de esta sección. Si no tiene las melodías para ensayar los cánticos descárguelas en www.jw.org. En Tipo de cántico encontrará información que podría ser útil para los hermanos que presiden la reunión, tomando en cuenta que no todos los cánticos son alabanzas a Jehová, así se evitará la expresión “vamos a entonar una alabanza a Jehová” cuando el cántico en realidad no es una alabanza. No olvide que para cantar con el sentimiento debido cada cántico debe meditar en la letra.

Cántico 002 - Gracias, Jehová
Tipo de cántico: Oración
Dirigido a: Jehová
Cómo cantarlo: Como este cántico va dirigido a Jehová y le expresa agradecimiento por las bendiciones con las que cuenta, como el privilegio de orar y predicar, y las bendiciones que ha recibido por el sacrificio de Jesucristo, cante con Devoción y gratitud.

Cántico 014 – Todo nuevo
Tipo de cántico: Canción espiritual
Dirigido a: la congregación
Cómo cantarlo: Este cántico se dirige a la congregación, es decir, a los hermanos, y lo sabemos por el uso de la expresión “Contemplen” y porque habla de Jehová en segunda persona. Dado que expresa de forma viva nuestra esperanza de ver cumplidas las palabras de Revelación 21:1-5 debemos cantarlo Con alegría. Sin embargo, recuerde la leve diferencia entre alegría y júbilo. La alegría es un sentimiento grato y vivo y no necesariamente implica expresión exterior vivaz.
Una sugerencia: La música es levemente diferente a la versión anterior, especialmente en el estribillo. Escuche y ensaye cuidadosamente.

Cántico 066 – Serviré a Jehová de todo corazón
Tipo de cántico: Oración
Dirigido a: Jehová
Cómo cantarlo: Expresa alabanza y nuestra determinación de servir a Jehová por siempre. Cántelo con Sincera devoción.
Una sugerencia: La música es levemente diferente a la versión anterior, justamente antes del Estribillo, en el compás número 12 (véase las lecciones 3 y cinco del Curso Musical Cantemos a Jehová, publicado en este Blog).

Cántico 095 – “Gusten y vean que Jehová es bueno”
Tipo de cántico: Amonestación
Dirigido a: la congregación
Cómo cantarlo: Amonesta a los hermanos a dar lo mejor a Jehová y reafirma su esperanza de que Jehová bendecirá sus esfuerzos. Algo interesante es que la parte final del estribillo de la versión en inglés podría traducirse “Sabemos que hemos hecho todo lo que podemos”, así que también debe animarnos a hacer cuanto podamos por servir a Jehová. Puesto que en español utiliza las expresiones “Haz”, “tendrás”, “sirves”, y “palparás”, es evidente que se lo canta a alguien más, así que cántelo Con ternura y sinceridad y medite en cómo debe afectar la letra en su servicio a Dios.

Cántico 038 – Echa tu carga sobre Jehová
Tipo de cántico: Oración y amonestación
Dirigido a: Jehová y la congregación
Cómo cantarlo: Cada estrofa es una oración a Jehová, mientras que el Estribillo anima a los hermanos a depositar su confianza en que Jehová los sustentará. Cántelo con Fervor y confianza.

¿Recibirán su justa paga? Parte II

“Sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia”
—Rev. 18:5—

TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 4 MINUTOS

Ya que tenemos claro qué era la Inquisición y por qué llegó a existir. Analicemos ahora qué era lo que hacía. Como vimos en la entrada del 18 de octubre, su propósito era acabar con la “herejía”, y, aunque en un principio no se usó tan extensamente la crueldad, pronto se incorporó la tortura y la ejecución para intimidar a los “herejes”. Tomás de Torquemada fue el primer gran inquisidor en España.

En 1478 la realeza española autorizó al Papa Sixto IV establecer la Inquisición para mantener “pura” a la Iglesia. The Catholic Encyclopedia reconoce que durante esta época se cometieron “injustificadas crueldades”, pero que, a pesar de eso no cumplió su propósito.

En 1483 el Papa nombró a Tomás de Torquemada como Gran Inquisidor de Castilla. Se le conoce por su “inhumana crueldad” y se dice que durante su época 8,800 personas fueron quemadas y 9,654 fueron castigados de diferentes formas (Histoire de l'Inquisition, IV, 252). Sin embargo, se cree que estas cifras son altamente exageradas y que solo unos 2,000 judíos fueron asesinados durante la época de Torquemada. Este ha sido llamado “el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su país, el honor de su orden” (Chronicon magistrorum generalium Ordinis Prædicatorum, fol. 80-81). ¿Realmente fue “la luz de España”? Algo sumamente irónico es que el mismo Torquemada era de ascendencia judía.

En el año 1557 la Inquisición prohibió oficialmente el uso de la Biblia en las lenguas vernáculas de España y quemó grandes cantidades de Biblias. Aunque este delito en contra de las Santas Escrituras es sobresaliente, las atrocidades cometidas por este tribunal que servía de fiscal y juez a la vez son muy famosas.

Cuando se sospechaba que alguien era hereje se le podía acusar. Las personas acusadas raras veces tenían un abogado, pues cualquier persona que la defendiera se encaraba a la acusación de ayudar a un hereje. Por lo tanto, los acusados se enfrentaban solos a la Inquisición. Se les amenazaba de muerte en un madero o se les recluía en celdas oscuras y húmedas con poco alimento. También se usaban torturas. Tras el juicio, la sentencia se pronunciaba el día domingo en la iglesia o la plaza pública. Las condenas más suaves podrían implicar el llevar una cruz amarilla cosida en la ropa que hacía prácticamente imposible encontrar empleo. También se aplicaba la flagelación pública o se les entregaba a las autoridades para que muriera en la hoguera.

Cuando una persona recibía un castigo severo se vendían todos sus bienes y se repartían entre la Iglesia y el estado. Las casas de los “herejes” eran demolidas. Incluso se juzgaba a “herejes” ya muertos, se exhumaban sus cuerpos y se confiscaban sus propiedades, dejando a sus familiares en situaciones económicas deplorables.

El Papa Inocencio IV ya había aprobado el uso de torturas en el año 1252. Luego los Papas Alejandro IV y Urbano IV permitieron que los inquisidores eclesiásticos estuvieran presentes mientras se administraba la tortura. Se les permitía torturar al acusado solo una vez, aunque los inquisidores buscaban excusas para torturar más veces al “hereje” diciendo que estas eran continuaciones de la primera tortura.

Durante la tortura se usaban crueles y diabólicas armas. Una de ellas era una silla con filosas puntas, en la que se obligaba al acusado a sentarse desnudo. También se usaba algo llamado “garra de gato” que servía para rasgar en tiras la carne.

Después de torturar a los acusados a fin de obtener una “confesión” se le juzgaba. Cuando se declaraba culpable a alguien de herejía la ceremonia pública de ejecución se llevaba a cabo en la plaza pública, a la cual se dirigía a los condenados en una procesión. Esta ceremonia es llamada Auto de Fe. Después de un Sermón y la lectura de las condenas se ejecutaba a los acusados, por lo general, quemándolos en la hoguera. Sin embargo, había algunas excepciones. Si el acusado rechazaba sus doctrinas “heréticas” no era excomulgado ni ejecutado, aunque se aplicaban algunas penas, como la cadena perpetua. Si el acusado no rechazaba sus doctrinas heréticas pero se confesaba con un sacerdote antes de morir podía ser entregado a las autoridades civiles para que fueran estranguladas, ahorcadas o decapitadas y después su cuerpo era quemado. Pero los que insistían en sus creencias eran quemados vivos en la hoguera.

La inquisición finalmente desapareció, y en durante el tiempo en que estuvo inactiva el mundo cambió y la Iglesia Católica Romana fue perdiendo el poder que tenía sobre las masas. Actualmente la llamada Santa Inquisición transmite un sentimiento de injusticia, indignación y temor para las personas informadas. Como ya hemos mencionado, The Catholic Encyclopedia declara que “la inquisición española no merece ni la alabanza ni la condena extrema según las fuentes oficiales”.

El domingo 12 de marzo de 2000 el Papa Juan Pablo II, en un acto litúrgico celebrado en la Basílica de San Pedro pidió perdón por los pecados cometidos por la Iglesia y mencionó la Inquisición.

Han pasado unos siglos desde que la Inquisición desapareció y actualmente la Iglesia Católica no tendría el poder suficiente para establecer con éxito otra institución similar si deseara hacerlo. Aún así, los efectos de la Inquisición se sienten. A medida que pasa el tiempo no se olvidará. Pronto la Iglesia Católica pagará con creces sus acciones. En la siguiente entrada analizaremos con más detalle este asunto.

lunes, 11 de octubre de 2010

¿RECIBIRÁ SU JUSTA PAGA? Parte I

“Sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia”
—Rev.18:5—

TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 3 MINUTOS

Descrita como una época oscura, marcada por la traición, el temor, la tortura y la humillación. La Inquisición Española ha sido fuente de debate por décadas. La Iglesia Católica afirma que hoy “se tiene dificultad en entender esta institución debido principalmente a que se ha perdido la perspectiva histórica de los hechos”. ¿Qué fue la “Santa” Inquisición? ¿Cómo llegó a existir y por qué? ¿Qué efectos se dejan sentir aún hoy? y ¿Qué repercusiones sufrirá la Iglesia Católica Romana debido a la Inquisición? En una serie de tres entradas responderemos a estas preguntas a la luz de hechos históricos y profecías bíblicas.

La posición bíblica sobre la apostasía: Apostasía denota “deserción, abandono o rebelión” en sentido religioso. En el antiguo Israel se imponía la pena de muerte por este pecado tan serio (Deu. 13:6-11). Sin embargo, el arreglo Cristiano ya no imponía la pena de muerte, sino la expulsión de la congregación, lo que implicaba no dar siquiera un saludo al apóstata (2 Juan 9-11). La Biblia menciona el caso de Himeneo, Alejandro y Fileto, apóstatas que enseñaban que la resurrección ya había empezado, aparentemente decían que esta era de índole espiritual, lo que a las claras contradecía la esperanza bíblica para los muertos (El apóstol dice esto de Himeneo y Fileto, y, aunque no se dice que Alejandro también enseñara esto, sí sabemos que su fe también naufragó). Por esto, el apóstol Pablo “los entregó a Satanás”, es decir, los expulsó de la congregación (Compare 1 Tim. 1:20 con 1 Cor. 5:5; vea también Tito 3:10).

Tras la muerte del último apóstol pudo surgir libremente la gran apostasía y sus puntos de vista sobre la santidad de la vida sería distorsionada.

Preparando el camino para la Inquisición: Aunque hubo personas que estaban de acuerdo en seguir aplicando la pena de muerte a los apóstatas (llamados por la Iglesia “herejes”) hubo otros miembros prominentes que no la apoyaban, como Orígenes y Cipriano de Cartago. Los sucesores de Constantino se autonombraron cabezas de la Iglesia y recibían el título de “Sumo Pontífice” (o Pontífice Máximo) y, dado que el cristianismo nominal se había establecido como Religión Estatal se establecieron algunas leyes contra la herejía, aunque la pena de muerte se aplicaba solo a casos muy específicos. Optuto de Mileve (un “santo” Católico) fue el primer obispo en pronunciarse a favor de la pena de muerte por herejía, y acudió a sucesos del antiguo Israel y la pena de muerte aplicada por Moisés y Fineás. Sin embargo, luego cambió de opinión, aunque sus escritos suelen ser un tanto contradictorios en este asunto. Durante los primeros cinco siglos de la Iglesia, esta estuvo un tanto dividida sobre el asunto de la pena capital por herejía. Sin embargo, las cosas pronto cambiarían. Durante los siguientes ocho siglos se ejecutaron a algunos herejes, aunque estas ejecuciones deben atribuirse a algunos gobernantes o a fanáticos religiosos del populacho y no a alguna autoridad eclesiástica, aunque ya se alzaban algunas voces que concedían poder de ejecutar herejes a la Iglesia.

La “Santa” Inquisición: La Inquisición era un tribunal eclesiástico encargado de procesar los casos de herejía. Llegó a existir en el año 1231 durante el reinado del Papa Gregorio IX y se limitó a Alemania y Aragón. El tribunal estaba a cargo de dos Inquisidores que trabajaban como representantes del Papa y tenían casi su misma potestad. Se sabe que incluso podían excomulgar a príncipes. La autoridad para torturar a los acusados de herejía se estableció hasta el año 1252 por el Papa Inocencio IV.

En 1478 se estableció otra inquisición en España, diferente a la Inquisición Medieval (la tratada en el párrafo anterior), esta es conocida como la Inquisición Española y fue propuesta por el Rey Fernando I y la Reina Isabel I. Este tribunal iba a encargarse de los judíos que se sospechara, se habían convertido al catolicismo por obligación. También se encargó de los Islámicos que se hayan vuelto católicos por presión. Luego, en 1520 se centró en las personas que se sospechara se hubieran dejado influenciar por las enseñanzas protestantes.

Organización de la Inquisición Española: A la cabeza del tribunal se encontraba el Gran Inquisidor que había sido nominado por el Rey y confirmado por el Papa. Luego le seguía un Consejo Supremo de cinco miembros denominado “Inquisidores Apostólicos”, luego dos abogados, dos relatores, un abogado fiscal y varios consultores y calificadores. El primer Gran Inquisidor, y quizás el más prominente, fue Tomás de Torquemada.

La Enciclopedia Católica dice: “La inquisición española no merece ni la alabanza ni la condena extrema según las fuentes oficiales” y reconoce que los Autos de fe eran, en realidad, “malignos”, ¿Qué eran los “Autos de fe”? ¿De qué crueldades se acusa a la Inquisición Española? Ahora que ya tenemos el precedente histórico de este tribunal tan famoso y polémico, trataremos sobre su función y actuación. La siguiente semana trataremos sobre los métodos usados contra los “herejes” y cuál es la posición bíblica al respecto.

lunes, 4 de octubre de 2010

CURSO MUSICAL – CANTEMOS A JEHOVÁ

Sal. 104:33
TIEMPO APROXIMADO DE LECTURA: 5 MINUTOS
Cuando el apóstol Pablo habló a los Efesios de la necesidad de cantar canciones espirituales había tomado en cuenta las circunstancias que los rodeaban. Antes de instar a al uso del canto y la música en la adoración el apóstol advirtió contra la Fornicación, la inmundicia, la avidez, el bromear obsceno y la borrachera; en general advertía contra “participar con [las naciones] en las obras infructíferas que pertenecen a la oscuridad, sino, más bien, hasta [censurarlas]” (Efesios capítulos 4 y 5).

Para evitar corromperse con las acciones de las personas que los rodeaban era necesario ‘llenarse de espíritu’ santo y ocupar su mente en cosas decorosas. Aludiendo a esto el apóstol les dice: “sigan llenándose de espíritu, hablándose a sí mismos con salmos y alabanzas a Dios y canciones espirituales, cantando y acompañándose con música en el corazón a Jehová” (Efe. 5:18, 19). El canto era una parte regular de la adoración cristiana de tiempos apostólicos, y lo sigue siendo hoy. El esfuerzo que hacemos por mejorar le complace a Jehová. Bajo inspiración el rey David escribió: “Cántenle una canción nueva; esmérense en tocar las cuerdas junto con gozoso gritar” (Sal. 33:3). Así que no es en vano el esmero que ponemos en mejorar nuestro canto, principalmente si tomamos en cuenta que no lo hacemos para complacer al hermano que está a nuestro lado en la reunión, sino lo hacemos para complacer a nuestro Padre Celestial.
En el transcurso de cinco semanas este blog publicó un curso musical en cinco partes que recibió muy buena acogida. Con la colaboración de otros blog y páginas se hicieron miles de descargas. Sin embargo, al ver el curso era evidente que necesitaba mejoras y correcciones. Así que de inmediato se empezó esta labor, y tras un mes de revisión y edición se publica hoy el Curso Musical Cantemos a Jehová Revisado. ¿Qué tiene este curso de diferente? Estoy seguro de que ya sabe que corrige errores y está en un solo archivo PDF en vez de cinco. Sin embargo tiene más cosas que quizás le resulten interesantes.

Un aspecto que se ha agregado es la sección “Extras”, y como acompañamiento de esta sección se agregaron dos carpetas, una llamada “KingdomSongs” y la otra “Software”. Hablemos un poco de la sección “Extras”.

Como su nombre indica, tiene información adicional al curso musical. Tiene dos secciones que de seguro serán de gran ayuda llamadas “Unas recomendaciones” y “Evitando errores comunes”. Después encontrará la sección “La música en la adoración” que da información histórica sobre el uso de melodías en la adoración verdadera a lo largo de los siglos. Después de esto están las secciones: “Nuestros cancioneros”, “Aspectos de Cantemos a Jehová”, “Nuestros cánticos a lo largo de los años” y “Música que alaba a Jehová”. Estas secciones proporcionan información adicional sobre el uso de la música en los últimos 100 años, los cancioneros proporcionados por el “Esclavo Fiel”, una tabla de comparación con información de cancioneros desde 1928 hasta 2009, además de una tabla que muestra todas las grabaciones que ha hecho la Sociedad Watch Tower con música para alabar a Jehová.

Junto con estas secciones seguro querrá explorar la carpeta “KingdomSongs” que contiene unos cuantos cánticos según aparecieron en cancioneros anteriores. Se ha hecho un esfuerzo para que usted pueda leer las letras de estos cánticos. Muchos tienen la letra incluida como Metadatos, así que posiblemente su reproductor de música la muestre.

La carpeta Software tiene tres programas. Un piano virtual que podrá tocarlo con su teclado, un software que permite escribir partituras y el programa Adobe Reader 9, por si no lo ha instalado en su computadora, pues es necesario para leer el curso.

Si descarga la edición con extras descargará lo siguiente:
- Cantemos a Jehová – Curso musical completo.pdf – 3.82 MB
- audios – 14.1 MB
- KingdomSongs – 78.5 MB
o 1890
o 1896
o 1900
o 1928
o 1944
o 1966
o 1984
- Software – 32.9 MB
o Adobe Reader 9
o Lenmus
o tpiano-e
UN TOTAL DE 127 MB

Para descargar la edición con extras seleccione el servidor del que lo descargará:
DEBIDO AL CIERRE DE MEGAUPLOAD LA DESCARGA NO ESTÁ DISPONIBLE ACTUALMENTE.

Si desea descargar únicamente el curso musical y audios, sin extras, lo que hará un total de 17.1 MB:

Debido a las restricciones por derechos de autor podrá distribuir este curso y todos sus archivos por cualquier medio electrónico que desee, siempre y cuando incluya la página 62 del curso, que contiene los Créditos y Copyright.
Cuando aprendemos sobre música se nos hace más fácil cantar, además de ayudarnos a cantar correctamente. Sin duda esto hará que cantemos con más confianza en las reuniones. El esfuerzo que hacemos por mejorar nuestra alabanza a Jehová bien vale la pena. ¡Que honor tan magnífico tenemos de alabar y glorificar a nuestro Padre Celestial!
 
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